Historias TG

Hola, recuerdan que tiempo atrás participé en un concurso con Siesta (Estamos en buenos términos por si se lo preguntan)? Pues bueno, hablando con 2 de los concursantes obtuve su permiso para publicar sus historias, si quisieran dejar en los comentarios su opiniones sobre dichas obras, creo que sus creadores se alegrarían bastante

Empezando con la que para mí era la historia ganadora en su momento (y porque solo había 3), bien escrita y elaborada (chulada de historia), me encanta ese detalle de usar a los escritores de esta comunidad.

Primera historia:  Relatos de mil voces

Comentario de autor

Esta historia está dedicada a todas las personas que en algún momento pensaron en ser alguien más y encontraron este mundo. El deseo, la fantasía y el sincretismo con el que tienen que vivir es la hermosa flor de aquellas mentes brillantes que decidieron compartir sus semillas por medio de historias, imágenes, traducciones y deseos.

Los nombres narrados, así como las alegorías han sido presentadas con máximos respetos a esta comunidad y, pese al final de esta obra, espero puedan disfrutarla. 

Relato I

"Hemos visto más allá de lo que conoces como tiempo.
Hemos poblado la mente de tantos como han existido.
Desde el origen, en las primeras historias de la humanidad, hemos hilado sus voces y sus pensamientos.
Hemos hablado a través de sus bocas.
Hemos coloreado sus sueños y fantasías.
Desde tu origen, hemos eyaculado tus memorias: Siempre pensaste que esto era tu placer secreto, pero es el de nuestra voluntad, porque hemos estado ahí, en tu mente, en tus pensamientos y en tu boca."

Expediente del paciente 33 Día 13 de aislamiento.

Médico psiquiatra a cargo: Dr. Edmund River

Observaciones del pasante: Diana Romero

"La pérdida de apetito se ha agudizado día tras día.
Su comportamiento está lejos de ser violento, aunque minutos antes de comenzar a hablar parece perder el control de sus sentidos.
El paciente sigue ignorando nuestros intentos de intervención.
Sus ciclos de sueño parecen normales, pero da la sensación de no llegar a descansar, lo cuál podría estar relacionado con la pérdida de apetito… al menos eso creo."

Escribía Diana, aunque con cierta desconfianza de sus propias palabras pues, verdaderamente, ése paciente emanaba un aura de misterio.

Se levantó del escritorio y cautelosamente volvió a mirarlo por la cámara de Gesell.

Ahí estaba él, un tanto delgado y con serenidad absoluta.

"Esto no puede ser verdad…"

El paciente miró plácidamente el vidrio, sabiendo que alguien estaba ahí.

— Hemos visto más allá de lo que se nombra como tiempo; un delgado pliegue de materia es tan claro como el agua.

"¡No puede ser verdad!"

El sonido de la puerta de seguridad siendo accionada heló la sangre de Diana. Pero la silueta que emergió era tan inconfundible que tornó el miedo en vergüenza.

— Veo que el 33 aún es de su interés, señorita Diana.

Comentaba con desdén el hombre de edad avanzada y mirada seria.

— Eh… este… bueno, no es para menos. Nunca había escuchado de alguien que fuera completamente inmune al "Clozapin" y…

— "a todos nuestros antipsicóticos"... Creo que eso quedó muy claro desde el primer día, ¿No es así?

Interrumpió el doctor Edmund mientras se acercaba al escritorio.

— ¿No le parece algo increíble? Es decir, tantos años en la universidad no preparan a una para ver esto.

El doctor Edmund se sentó plácidamente y abrió el expediente recién editado por Diana. Mientras lo leía arqueaba sus pobladas cejas en clara señal de burla.

— ¿No le parece algo increíble a usted escribir tan burdamente a estas alturas?

¿Qué no le enseñaron a escribir adecuadamente en la universidad?

Edmund se levantó y colocó su mano en la barbilla.

— Con todo respeto, Dr. Edmund, en la universidad…

Edmund alzó su dedo a la mitad de sus labios para ordenar silencio. Con una mirada invitó a Diana a ver por el cristal de la cámara Gesell.

Diana se acercó un poco para observar. El paciente 33 parecía estar observando el techo de la recámara.

— Hemos sido sus padres y madres, pero también hemos sido ustedes y sus conocidos… Reconocemos nuestra pluma en sus memorias, conocemos lo que más desean, lo que no están dispuestos a contar.

El paciente se acercó lentamente al cristal, y mientras asentía con la cabeza dijo:

— Ya les daremos eso que tanto les hemos hecho amar… por ahora, hemos de darles sólo un vistazo: ofrezcan tributo a nuestra voluntad.

El Dr. Edmund y Diana empezaron a sentir un cálido latir en sus corazones. Ambos sabían que esas palabras no eran las de un paciente cualquiera. Reconocían una verdad insoportable, una franqueza que tanto él como ella habían procurado ocultar a toda costa.

Intentando recuperar la razón, el Dr. Edmund agitó la cabeza y cerró los ojos. "No, es imposible, sólo estamos en medio de un caso especial por la ineficiente reacción de los antipsicóticos…" Luego, miró el cristal y vio a aquél paciente regresar la mirada. "Aunque es imposible que alguien tenga la capacidad de ver y saber cuándo lo estamos observando a través de la Gesell, ¿Cómo es eso posible? ¿Está jugando con nosotros?"...

— Uhm, Dr. Edmund, ¿Ya había escuchado a alguien paciente decir algo así?... Preguntó Diana mientras se convencía a sí misma que todo lo que había dicho el paciente era obra de la casualidad.

— Después de más de una semana sólo repitiendo un monólogo… comportarse así… ¿No soy la única que piensa que no es un simple caso de "complejo de dios"?

El Dr. Edmund miró a Diana para dar una respuesta que le hiciera quedar como un genio, pero al ver sus senos no pudo evitar pensar en lo excitante que sería tenerlos, tocarlos, sentirlos.

— Tal y como debe ser, Edmund, ¿No es hermoso pensar que no eres el dueño de tu cabeza? Pero, sobre todo, que "somos los que eligen a los elegidos"...

Comentó estoicamente el paciente 33.

"¡No!" Se gritó a sí mismo el Dr. Edmund entre pensamientos.

— ¿Dr. Edmund?

Un poco de sudor empezó a brotar de la frente de Edmund. Intentó mostrar compostura y replicó:

— No, Diana, no había visto un paciente así. Sin embargo… Edmund se acercó al escritorio y sacó una pequeña llave.

Se aproximó a la parte trasera y abrió el gabinete de expedientes físicos. Traspapeló un poco hasta encontrar un archivo de no más de 10 hojas, que tenía como nombre: Pamela Islas.

Diana se acercó al Dr. Edmund mientras acomodaba sus lentes.

— ¿Es ese el "sin embargo"?

Preguntó Diana mientras se ponía a leer entre líneas el expediente que tenía Edmund en sus manos.

— Parte fundamental del avance en el campo es la suma de las fuentes. La señorita Islas fue una paciente de la clínica por un par de años, aunque nunca fue internada, la información que teníamos sobre su caso fue medianamente recopilado por una extrabajadora del plantel.

— ¿Extrabajadora?

— Sí… sé que este trabajo tiene sus momentos lúgubres, pero te pido que lo tomes con calma.

Edmund pasó a la página 8.

— En algún punto de las sesiones la señorita Islas comenzó a decir constantemente "somos los que eligen a los elegidos". Después, por lo que dice el informe, Islas empezó a hablar sobre una tal Pisanov como una "elegida que elige". Al parecer estaba persuadiendo a la terapeuta de unirse a su causa, cualquiera que fuera.

— ¿Y por eso dejó de trabajar aquí?

Edmund pasó a la siguiente hoja.

— Como bien sabe, los lineamientos de la institución son severamente duros. Cómo especialistas de la salud mental tenemos el compromiso máximo con los pacientes. Entre ello, como bien sabe, se estipula la asimetría entre el paciente y el especialista de la salud. No podemos, no debemos alimentar las persecuciones mentales.

La mano de Edmund pasó a la siguiente página.

— Al parecer la última sesión de la señorita Islas provocó el abandono de Paola.

— Así que ese era su nombre… ¿Qué motivos dió para su salida?

Edmund se detuvo en una última anotación y miró a Diana.

— Ninguna. De hecho, simplemente dejó de venir al trabajo. Era una joven muy entusiasta y con buen futuro. Simplemente no volvió, no respondió nuestras llamadas y, cuando intentamos localizarla por medio de sus familiares nos enteramos que se había suicidado.

— Pero… ¿Considera que hay alguna correlación entre las sesiones con la señorita Islas y su posterior suicidio?

— Sabe bien que es imposible llegar a una respuesta sobre eso… pero tengo un par de hipótesis.

— Fueron buenos siervos, nos dieron su luz con tanto fulgor… Dijo el paciente 33 con una sonrisa en el rostro.

Los ojos de Edmund brotaron terror y los de Diana pánico.

En un torpe pero contundente movimiento Edmund tomó el expediente y la mano de Diana.

— Terminamos por hoy.

Edmund colocó los papeles bajo el brazo y tiró de su pasante.

El sudor de las manos dificultaba la lectura de la huella digital del doctor, pero, con un par de intentos logró salir junto con Diana.

— Será mejor comentarle esto en otro lado.

Decía Edmund previniendo más situaciones como esa.

— Sí… entiendo.

— Conozco una Fonda Argentina cerca de aquí, a esta hora está vacía y no habrá problema alguno con la discreción.

Ambos se desplazaron al estacionamiento. Ya que Diana no tenía vehículo propio, se dirigieron al flamante BMW del Dr. Edmund.

Éste último le dió el archivo a Diana mientras él se dispuso a encender el vehículo.

Con una delicadeza religiosa encendió el radio con la esperanza de desintoxicar un poco los hechos recientes.

Una canción de los 80's perfumó el vehículo. Pero lo vivido dentro de la clínica no les permitía sentirse tranquilos.

El camino era medianamente largo a pie, pero el vehículo les permitió avanzar a pasos agigantados.

— Dr. Edmund, quisiera preguntarle un par de cosas… — Dígame.

— Desde que entré a trabajar aquí el año pasado usted siempre tenía una explicación a lo que pasaba. Pero creo que esto es demasiado… ¿No considera adecuado pedir la opinión de otro especialista?

— Le seré franco. La situación en la que estamos no es común, creo que estamos ante un hecho casi inexplicable… por ello no creo que exista alguien más preparado que yo para…

— Por favor, Dr. Edmund, lo que sea que sea eso o cosa no es normal. ¿Cómo es posible que nos viera o escuchara? ¿Qué hay con las cosas que dice?

— Desconozco cómo lo puede hacer… pero creo que más que un simple caso de clínica tenemos entre manos algo más…

Los ojos de Edmund soltaron un momento el camino y se desviaron a Diana. "Ese cuerpo… esas medias… yo… necesito sentirlas… cruzar las piernas y sentir

su fricción."

Edmund aceleró ligeramente la marcha y se estacionó en el finado restaurante.

— Buenas tardes, señor Edmund, ¿Mesa para dos está bien o esperan más personas?

Preguntó amablemente el empleado que salvaguardaba la entrada.

— Buenas tardes. Para los dos está bien.

— Excelente, por aquí.

Con un gesto indicó la entrada a los visitantes y alzó su mano para llamar la atención de un mesero.

Ya en la mesa, y después de un brevísimo aperitivo, se dispusieron a charlar sobre lo ocurrido.

 

Le recomiendo que abra el archivo y revise la última hoja. Si puede hacerlo en voz alta, mejor; aquí no hay moros en la costa.

Indicó Edmund, quien reposaba su quijada en la mano derecha.

Diana encontró una lista de nombres y un papel anexo con un clip.

— Si usted insiste.. Veamos… “Frida, Karina, Rin, Siesta, Vania, Diego, Vaneza, Andy, Aurora, Amapola, Mónica, Cristal, Danna, Alice, Lucía, Fernando, Emiliano, Ashley, Alex, Camila”… ¿Qué? ¿“Lea Árcord”?... ¿“GB”?... Asumo que son nombres clave, ¿no?

— Estoy seguro de ello, por favor, continúe…

— Entiendo… Uhm, veamos, lo siguiente es… “Raptor”, “M86”,  “NekoNeko”, “Dawn”, “Urushdaur”, “Fallen”, “Maripily”, “Factory”, “Haise”, “Katashi”, “Fatrala”, “Idk”, “Jadeoso”, ”Corrin”, “S Ghost”… y “P.K Angel”... ¿Qué relación existe entre estos nombres y lo sucedido a Paola? Algunos parecen ser nombres de pila, pero la segunda mitad parecen ser nombres clave… ¿Tienen algo en común?

— Está en lo correcto. Todos esos nombres fueron mencionados por la señorita Islas en la última sesión con Paola. Según lo que pude deducir del informe incompleto de Paola, ellos serían los "elegidos que eligen". Pero lo verdaderamente fuerte está en el papel de abajo.

Diana desprendió el papel del clip y se acomodó los lentes. Apenas leyendo un par de palabras alzó la mirada hacia Edmund.

— ¿Esto es una carta de suicidio?

— Le recomiendo tanto discreción como sentido crítico. Por favor, léala en voz alta y dígame qué piensa.

— …

Diana alejó un poco el papel y comenzó a leerlo.

— "¿Qué carajo hice para merecer esto?

Toda mi vida se fue al carajo, soy una puta gorda asquerosa, quiero volver a ser yo, quiero volver a ser yo… extraño a Natalia, no quiero ser una puta gorda asquerosa." Mientras Diana leía en voz alta, Edmund se perdía en los labios rosados y su voz. Una incesante ola de deseo lo atormentaba. Quería tocar esos labios y pronunciar cualquier cosa con esa voz femenina. Deseaba tener esos labios como propios, y esa voz como la suya.

— Wow… muchas cosas aquí… ¿Quién es Natalia?

— …

— ¿Dr. Edmund?...

— Oh… lo siento, ¿Qué decía?

— Decía… bueno, preguntaba por quién es Natalia.

— Bueno, antes de ello hay algo que no me preguntó.

— ¿Qué cosa?

— El cómo conseguí la carta de suicidio… Verá, en pocas palabras la madre de Paola fue quien nos la proporcionó. Ella fue quien nos notificó el suceso y, como lo imagina, fue terrible para ella.

— Claro, el suicidio de un hijo es desgarrador…

— En efecto… pero también le afectó leer la carta de suicidio de "su hija".

— ¿"Su hija"?... ¿Cómo que "su hija"?

— Verá… biológicamente y anatómicamente era claro que eran madre e hija. Lo extraño es que la letra de la carta no coincidía con la letra de Paola, Natalia no era el nombre de alguien de su círculo social y, bueno, incluso su madre no puede entender por qué se expresaría así de sí misma. Obviamente los peritos determinaron que las huellas de la pluma con la que se escribió la carta eran las mismas que las de Paola. “Paola” escribió esa carta y se arrebató la vida, pero muchas cosas no terminan de cerrar.

— La forma en la que se expresa de sí misma podría hablarnos de algún trastorno de personalidad.

— Cuando entró a la empresa pasó por un arduo proceso de selección. Los psicométricos no arrojaron ni por asomo algo de ello.

— ¿Tal vez un problema de depresión?

— Una deducción plausible, sin embargo, la depresión se hubiera hecho visible en un habiente como lo es el de la clínica. Simplemente un fin de semana dejó de ir y nos encontramos con todo esto.

¿Cuál sería su conclusión?

— El cuerpo de Paola murió, pero no era Paola, era alguien más. Así mismo, las cosas que dijo tanto la señorita Islas y el paciente 33 son análogas… Me temo que estos dos y la lista completa que hizo el amable favor de leer son esos “elegidos que eligen”... Una especie de culto secreto que, si mi hipótesis es correcta…

Edmund volvió los ojos a su joven pasante, pensando cómo maquillar sus impuros deseos. 

Relato II

— ¡Amor!

— ¿Qué pasó, bebé?

— Me mama el ambiente del show, pero ya me dió más sed.

— ¿Quieres otra cerveza?

— Sí, porfis. Si quieres te pago con cuerpo, ¿No?

Natalia se levantó el vestido para enseñarle a su novio Luis la tanga negra que abrazaba su delicado trasero.

— No mames, Natalia, aquí no.

— Obvio aquí no, pero en mi casa si quieres.

Natalia besó el cuello de Luis y deslizó su mano hasta su entrepierna.

— Es más, si quieres nos vamos antes de que acabe el concierto, al fin que ya salió la banda que queríamos.

Decía Natalia mientras notaba cómo el bulto crecía.

— Bueno, voy por las cervezas y nos vamos cuando nos las terminemos.

— Sipi.

Luis se movió unos 20 pasos hacia la carpa de cervezas mientras veía a su novia hacerle un baile sensual de despedida.

A unos 40 pasos de distancia se contaba Paola, una chica de unos 26 años bailando alegremente junto con una de sus amigas.

— Oye Pao, ya te ves medio pedita, eh.

— Wey, obvio no, todavía ando chida.

— Pues no sé cuántas cervezas ya llevas encima, amiga, porque hasta parece que vas a dar el botonazo.

— No llevo tantas, y pues esta lonja es de puro amor.

Paola y su amiga Daniela se empezaron a reír.

Bueno, te prometo que está es la última porque mañana tengo que mandar una actualización de los expedientes y es una chinga.

— No mames, Pao, es fin de semana, ese trabajo te exprime mucho.

— Osea sí, pero me permite darme mis lujitos.

— Lujitos los que se da el viejo ese que me contastes la otra vez.

— ¿El Edmund? Pues es medio mamila pero mis respetos.

— A mi se me hace que es medio joto.

— No mames, ¿Por qué dices eso?

— Pues no te ha intentado ligar, pinche gordita preciosa mi amor.

— Jajaja, no mames, ya está ruco para mí, además, yo puedo seguir creciendo allá sin necesidad de andar aflojando.

— ¡Éso mamona!

Daniela empezó a tronar los dedos y levantó su vaso en honor a su amiga.

De vuelta en la carpa de cervezas, Luis salió triunfante con dos vasos grandes en dirección a su hermosa novia.

— ¡Amor!

— Uy, veo que ya le trajiste el elixir a tu reina.

— Elixir el de tus labios, bebé.

— Uy, y aparte poeta.

Luis le dio su vaso y un beso. Se colocó detrás de ella y con la mano libre de cerveza le tomó por la cintura.

— Oye bombón, ¿Cuándo vamos a ir a los cortes de carne de la condesa?

— Cuando quieras, si quieres vamos el lunes.

— ¿Y sí mejor vamos el domingo y el lunes vamos al cine? Tipo, así aprovechamos que no hay tanta gente…

Natalia empezó a frotar su trasero en el bulto de Luis.

— Y obvio con falda, para que entre rico.

— Contigo todo es rico, guapa.

Luis siguió bebiendo al compás de las caderas de su novia.

La música y las personas se compenetran dulcemente. Todos parecían disfrutar de la banda en turno y, pese a la cantidad masiva de personas, el espacio era lo suficientemente grande como para evitar que todos se pegaran con todos. Amor, alegría y euforia componían en las personas un momento inolvidable, pero el diablo se esconde ahí, en los detalles; al lado derecho del escenario estaba una de las "elegidas que eligen".

Unos 30 minutos pasaron, y el plan que parecía haber estado en marcha con alta anticipación movía sus engranes.

— ¡Amorcito!

— ¿Qué pasó guapa, por qué tan eufórica?

— Obvio por estar contigo, me traes super enculada.

— Pues tú también me tienes loco.

Respondía Luis mientras abrazaba con pasión a su novia.

— Además, siempre me cuidas, y me consientes… me das placer y amor… — Obvio, princesa, te mereces eso y más.

Luis pasó su mano por la parte baja del trasero de Natalia, y con un movimiento suave hundió los dedos en su vestido para tocar el filo de sus labios.

— ¿Quieres que nos movamos a mi casa?

Preguntó Natalia sintiendo los dedos juguetones de Luis.

— Sí, sólo hay que pasar al baño antes de irnos.

Respondió Luis mientras notaba cierto relieve húmedo.

— Mejor pasa tú, yo no quiero entrar a esos baños; las niñas bien no van a cualquier baño, seguro está culerisimo.

— Está bien, princesa, espérame aquí y regreso.

Luis le dio un besito en el cuello a Natalie y se dispuso a ir a los baños.

 

Por su parte, Paola y su amiga estaban formadas en la fila para entrar al baño.

— No manches, Pao, te dije que te veías bien pedita.

— Ya sé… no sé en qué momento se me subió.

— Pues es que no tienes llenadera, mana.

— No más entro al baño y nos vamos… pinche fila, que se apure.

Paola movía sus rodillas intentando distraer su cuerpo para aguantar a entrar al baño.

— Ya, amiga, ya merito. Ojalá que el baño te ayude porque te ves bien malacopa.

— Dios te oiga, que sí me siento medio tirada…

Un par de minutos permitieron a la fila acortarse, ahora Paola sólo tenía que esperar a que la chica que entró saliera del baño.

— Ya no aguanto, Daniela…

— Ya casi, falta poquito, aguanta un poquito más.

— …

Paola intentaba aguantar con todas sus fuerzas, incluso mantenía cerrados sus ojos.

— Pao, Mira.

Decía Daniela mientras hacía un gesto con la cabeza, indicando que la chica que estaba en el baño estaba abriendo la puerta.

— Ay, con permiso.

Dijo Paola intentando apresurar la salida de la chica.

— Adelante, espero que lo disfrutes.

Respondió con una sonrisa cálida, casi premonitoria.

Paola entró al baño y cerró el seguro de la puerta.

"Ay wey, ay wey, ay wey…"

Se decía a sí misma mientras intentaba poner unos papeles en la tasa y bajar su leggin negro.

Del otro lado, en el baño para hombres, la fila avanzaba sin interrupciones.

Luis logró entrar y vió su rostro en el descuidado espejo del baño público. Si bien no habían mingitorios, la distinción entre el baño de hombres y mujeres era únicamente para evitar problemas de acoso e higiene.

— Bueno, sí están culerisimos, pero al menos esto es rápido.

Luis bajó la bragueta del pantalón y se preparó para orinar.

"Somos las aves que alimentan sus deseos.

Nuestras ideas se vuelven suyas, y sus memorias nos pertenecen.

Saben lo que quieren, porque hemos hecho que lo quieran."

Dijo una mujer de ojos brillantes que se alejaba lentamente del lugar.

Luis empezó a sentir mucho asco y algo de picazón mientras orinaba.

Paola comenzó a sentirse un poco mareada, pero ingenuamente lo relacionó con la borrachera.

— Ay wey… creo que sí me pasé…

Decía Paola mientras era invadida por unas insoportables ganas de vomitar.

— ¿Pues qué tenía esa cerveza?

Se preguntaba Luis al no poder controlar las arcadas; inequívoca señal de problemas.

Ambos sin saberlo, y sólo separados por unas cuantas pulgadas de concreto empezaron a vomitar, aunque no lo que creían, y no como lo pensaron.

Ambos perdieron el conocimiento. Tal vez pasaron segundos o minutos, pero lo que estaba por ocurrir sería, literalmente, algo que definiría sus vidas.

— ¿Qué pasó?...

Decía la chica sentada en el excusado.

—¿Y esto?

Notó que tenían un pedazo de papel en la mano derecha, una mano considerablemente más pequeña y de tez morena.

— ¿Uñas rosadas?...

Luis intentaba entender lo que pasaba, pero todo era borroso y sentía mucha fatiga en el cuerpo.

"¿En qué momento me senté?, ¿Me habré caído?"

Luis bajó la mirada por inercia. Se percató que debajo de un estómago había una apenas visible vagina peluda.

— ¡Qué carajo!

Luis intentó levantarse pero el mareo y el peso extra le hicieron darse un golpe en el trasero.

— ¡No mames qué perro asco! ¿Qué es esto?, No, no puede ser esto.

Luis volvió a bajar la mirada y notó que tenía puestos unos tenis Nike del mismo tono que sus uñas. Intentó levantarse y notó que su vagina escurría algo de orina.

— ¡Aaaaaah!

El impacto de esa postal tan cruda le hizo gritar con una voz inconfundiblemente femenina.

— ¿Pao?, ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Decía Daniela al escuchar el sonido proveniente del baño, tocando la puerta con cierta incertidumbre.

Luis se acercó al espejo. Lo que éste le mostró sin duda lo aterrizó como nunca.

"¿Una gorda naca?... ¿Qué es esto?... ¿Por qué me cuesta moverme y pensar?..." Decía "Paola" frente al espejo, con la cara llena de una capa de sudor y con la vagina al aire.

"No… no wey, no mames no…"

Todo se nubló para Luis, quién cayó desplomado al suelo.

— ¿Paola? ¡Paola no mames respóndeme!

Daniela buscó rápidamente a un miembro del staff y le hizo señas para que viniera.

— ¿Qué pasa, señorita?

— Creo que a mí amiga le pasó algo, gritó y ya no escuché nada. ¿Y sí le pasó algo malo?

El chico habló por radio y dos hombres más y una paramédico llegaron al lugar. Con una llave de seguridad abrieron la puerta y encontraron a la chica tirada con los leggins abajo.

Las chicas que estaban formadas empezaron a murmurar pero ninguna se acercó a ver mucho más, solo hacían algunas miradas curiosas y pasaban la palabra de lo sucedido.

La paramédico se acercó y notó que la chica estaba inconsciente, pero estaba lejos de estar mal, ni siquiera cerca de un coma etílico.

Mientras tanto, del otro lado, un chico empezó a tocar la puerta.

— ¡Cámara cabrón! Apúrate, pareces vieja.

Dentro del baño casi embobada, Paola miraba su erecto pene derramar algunas gotas de orina.

— Esto… no puede ser…

"Luis" notó sus manos delgadas con tatuajes obedeciendo su voluntad.

Se acercó al pequeño espejo y un hombre le devolvió la mirada.

— Ay cabrón, ¿Neta?

Paola admiraba su cuerpo y notó como su pene empezaba a derramar un poco de líquido.

A diferencia de Luis, Paola se sentía perfectamente. Acomodó su erección dentro del pantalón y salió del baño.

— Ya era hora, cabrón.

Decía el mismo chico que anteriormente había apresurado a "Luis".

— ¡Ja!, Perdón carnal, ya puedes pasar.

Paola se sentía imponente y llena de vida, ni siquiera notó el alboroto que había un par de metros atrás en el baño de mujeres.

"No me lo puedo creer, ¿Cómo así?"

Se decía a sí misma, mientras notaba más aspectos como su ropa y la cartera llena de tarjetas de crédito y billetes.

"Ay, virgen, me saqué la lotería".

Mientras caminaba ensimismada, una mujer se le acercó y le empezó a cantar.

— "Por qué solo tú, solamente tú…"

"Luis" se quedó impresionado. Era toda una belleza. Generalmente ella no podría andar con una chica así, es más, Paola llevaba años ocultando a sus familiares que era lesbiana.

— ¿Qué pasó, amor? ¿Alguien que no fui yo te comió la lengua?

— No mames, estás buenísima.

— Uy… ¿Y apenas te das cuenta?

Decía Natalia mientras se acercaba a su novio.

— Te tardaste un buen, ¿Te hizo daño la cerveza?

— ¿Qué? Nombre, me siento mejor que nunca.

"Luis" la agarró de la cintura y la besó apasionadamente.

Natalia sintió algo raro el beso, era diferente, pero pensó que se debía a las ganas que le tenía.

— Oye, amor, ¿ya nos vamos?

— ¿A dónde quieres ir?

— Pues… a mi casa, ¿no?

— Oh, simón, me encantaría.

— ¿Y esas formas? nunca te habías expresado así, ¿Tienes fiebre?

— Nombre, estoy bien, sólo ya quiero estar contigo y caldear así las dos, juntitas. Natalia miró con extrañeza a su novio, de hecho se alejó un poco para ver si se trataba de algún tipo de broma.

— ¿Juntitas?... ¿Ya se te pegó las ondas de la bandita de género fluido?

— Ah, no, digo, juntitos… Es que me prendes mucho.

— Uhm… vale, está bien, amor. Vamos entonces a mi casa, mi cuarto está listo para recibirte y yo para montarte.

— Sobres pues… amor, ¿cómo nos vamos?

— Pues en tu carro, tontito.

— Ah, sí, llévame tú, porfas.

“Luis” la tomó de la mano con una sonrisa perfecta, dejando por detrás una escena que, por la zona de baños, aún se estaba tejiendo.

— ¿Va a estar bien, verdad?

Sí, sólo le haremos una revisión para ver si no recibió alguna contusión importante.

— Ay, muchas gracias, en verdad.

— ¿Usted es un familiar de la chica?

— No, somos amigas, pero ya le avisé a sus papás para que vengan por ella.

— Qué buena amiga, tiene suerte de tenerte en su vida.

Respondió la paramédico intentando animar a la otra chica.

La noche era cada vez más negra. Por un lado, “Luis” llegó torpemente a casa de su nueva novia, mientras que “Paola” fue llevada a casa con sus padres.

Una noche que para unos fue erótica, para otros fue preocupante.

“Luis” embestía como un toro la apretada vagina de Natalia, quien no reconocía el vigor de su pareja.

“Paola” se encontraba en “su cama”, perdidamente dormida. El shock y las altas dosis de alcohol en su cuerpo no fueron una buena combinación.

La noche se desmoronaba en minutos.

“Luis” recordaba por breves momentos las palabras de su última paciente, pero se dejaba consumir por la figura que tenía frente a él. Un enorme culo, una suculenta espalda, una jauría de gemidos…

“Paola” yacía inmovil, pero con una expresión de incomodidad, como si su incociente paseara por sus sueños.

Natalia gemía como perra en celo, se sentía vulnerable pero demasiado excitada como para siquiera negarse a seguir adelante.

La antigua habitación de Paola era espectadora de un completo extraño en la piel de alguien familiar.

“Luis” sentía el calor apremiante de una vagina húmeda, una sensación sin precedentes; cada embestida al ya enrojecido culo de su nueva novia era un eslabón perdido de una vida llena de represión.

La noche danzaba con placer, pero también con los pasos de una mujer a lo lejos, muy a lo lejos.

Se mordía el labio mientras sus ojos brillaban.

El placer de aquellos era el alimento de estos otros.

Entonces, mirando ella a lo lejos, muy a lo lejos, susurró: “Fueron buenos siervos, nos dieron su luz con tanto fulgor”

La noche era sólo un recuerdo.

En las sábanas de una habitación se desdoblaron los húmedos cuerpos de dos amantes.

En otra, una solitaria cama era el pedestal de un cuerpo derrotado y cansado.

El sol, magnánimo y justo esparció sus filamentos por la ciudad.

— Buenos días, amor… Te comportaste como un tigre la noche anterior.

Decía dulcemente Natalia, quien aún sentía los músculos cansados y su interior cálido.

— …

“Luis” miró su mano un momento, así como su cuerpo y el de su novia.

 

Sí, fue una noche inolvidable… Una que cambió mi vida.

— Ay… cosita… ya decía que eras poeta, amor.

— Y tú el poema más bueno que he probado.

Natalia se sonrojo y colocó su mano en el pene de su pareja.

— ¿Entonces, mi poeta?... ¿Quieres que te enseñe las delicias de mi boca?

La vagina de Natalia comenzó a palpitar.

— Simó… Sí, me encantaría…

Natalia miró los ojos de su amante con complicidad y empezó a lamer su pecho, luego su abdomen, luego su bajo vientre.

— Uf… eres toda una experta…

— Pues ya somos dos, bebé…

Natalia empezó a lamer el falo de su hombre con constancia y delicadeza. Su trasero se levantaba como respuesta al movimiento que hacía. Arriba, abajo, lengua, garganta.

— Ay, virgen, qué rico la mamas…

“Luis” la agarró de la cabeza y empezó a dirigir los movimientos de Natalia. Nunca antes se había sentido tan poderosa y feliz.

Por otro lado, en la habitación de Paola una chica se empezaba a despertar.

"¿Qué pasó ayer?..."

Los ojos de la chica intentaban abrirse pero el peso de la noche anterior lo complicaba.

— Ay wey…

Las manos canela de "Paola" se posaron en su cara.

"¿No estaba con Natalia en el concierto?... Uhm… recuerdo estar bailando con ella… creo que fui por cerveza…"

Las femeninas manos tallaron bruscamente los ojos de "Paola".

"Y luego, ya nos íbamos a ir… pero me fui al baño, ¿No?... Después de eso… ¿Una gorda naca?..."

Los ojos de "Paola" se abrieron de golpe, aunque no podía enfocar su entorno correctamente.

— No… ¡No mames, no!

"Paola" se despojó de las cobijas y encontró el cuerpo de una mujer con algo de sobrepeso.

— ¡No! ¡No puede ser verdad!

Miró sus manos y recordó haber estado sentado en el baño.

— No… no mames, no me digas que…

"Paola" movió su mano hacia su entrepierna y encontró una superficie plana.

— ¡No inventes!

Levantó el resorte de la pijama que tenía puesta y encontró unos calzones negros.

— Wey, no mames…

Con la otra mano alzó la ropa interior y notó una vagina oscura y llena de vellos púbicos.

— ¡No mames qué perro asco!

Soltó de golpe los elásticos del conjunto de noche y su lonja se sacudió un poco.

— ¿Cómo pasó esto? ¿Y por qué me duele tanto la cabeza?

"Paola" colocó sus manos en la cabeza y con sus codos pudo notar otra cosa que obvió completamente.

— ¿Y tengo chichis?

Con una mano alzó el camisón y descubrió uno de sus pechos.

"¡No mames, están todo negro el pezón!"

Un asco se presentó exponencialmente y, como le fue posible, se levantó a vomitar. ¿Qué chingados? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Es una especie de sueño, verdad?

"Paola" intentó recogerse el pelo.

— Seguramente me puse astral con Natalia y esto es un mal viaje, ¿Verdad? ¿No me estoy volviendo loco, verdad? ¿Verdad?

Luis intentó ver a su alrededor y encontró un espejo en la parte norte de la habitación.

— No mames, ¿Quién es esta india marrana?

Decía con extrañeza, pues ese reflejo se movía a la par que él.

"No, no chingues, esto debe ser un mal viaje".

Miró a su alrededor otra vez y notó que había una nota arriba de un tocador cerca de la cama.

Luis se acercó a ver si eso tenía algún tipo de respuesta.

Sus uñas rosadas dificultaron un poco el tomar la carta, pero logró agarrarla y la desdobló.

"Buenos días mi gordita!

Tu papi y yo nos fuimos a abrir el negocio

la doctora nos dijo que te habias desmayado porque se te subio la presion

Tu celular y tu cartera estan en la bolsa, tu papi la dejo en la sala

Procura descansar y me marcas cuando te despiertes Descansa!

Si te da hambre hay te deje comida en el sarten

Te amo mi gordita al rato platicamos"

— No wey, qué mal viaje esto wey… “Paola” se rascaba la cabeza.

— Seguramente es un pinche mal viaje wey, un sueño de esos pal perro…

Mientras veía su cuerpo no podía dejar de pensar lo asqueroso que era estar en esta situación.

“Aparte ve, pinches codos todos negros…”

Se volteó a ver la zona de la espalda baja y notó un trasero grande y graso.

“Puta que asco…”

En ese momento un ligero gruñido en sus tripas le hizo notar que tenía hambre.

— Con razón estás toda cerda, no mames.

Se agarró el estómago y pudo notar como la carne era aún más extensa que sus manos. Incluso pudo notar que la respiración que tenía era más pausada que antes.

"¿Ahora qué voy a hacer con todo esto?"

Se preguntaba Luis con la esperanza de que esto solo fuera una parte de un mal sueño.

Una voz en su mente empezó a susurrar como si fueran sus propios pensamientos. "Tal vez deberías disfrutarlo, Luis... Esto es solo un mal viaje, algo imposible. Tal vez debería aprovechar para hacer algo antes de despertar, ¿Cierto?

Tal vez Natalia esté cuidándome… sí, Natalia…"

— Sí… sólo es un mal sueño y mi hermosa princesa está acostada al lado mío.

"Natalia, ella siempre nos ha cuidado… además, es tan hermosa, tan sexy…" Las imágenes de Natalia empezaron a calentar su cuerpo.

— Sí… me saqué la lotería con ella…

Los pezones de "Paola" empezaron a ponerse rígidos.

”Esto no es tan malo… sólo es un sueño… pronto te podrás reunir con Natalia… cuando despierte le voy a dar riquísimo…"

La vagina de "Paola" comenzó a ponerse húmeda.

— Ay, Natalia… Natalia…

Luis no dejaba de pensar en su novia en múltiples poses, desnuda, haciendo un lindo gesto mientras ponía su mano en su íntimo valle.

Uhmm…

Luis dirigió su mano a la entrepierna completamente perdido en sus pensamientos eróticos.

No pudo evitar sentir que tenía que meter sus dedos en la hendidura que hasta hace poco parecía tan desagradable.

Los ojos de "Paola" apenas y podían disimular el placer que ese cuerpo no había recibido en mucho tiempo.

"¿Qué estás esperando? ¿Qué estamos esperando? ¿Qué estoy esperando?" "Paola" empezó a separar sus labios vaginales con la punta de sus dedos. El aire que pasaba por la humedad de su abierto coño fue la antesala de una violenta penetración por parte de sus propios dedos.

— Ay, ay, qué rico…

Sus dedos húmedos empezaron a girar en las paredes de su cavidad vaginal.

"Paola" se acomodó en la cama y abrió las piernas lo más que su complexión le permitió.

Con una mano volvió a separar apretar sus pezones y, con la otra, arremetió sus adentros violentamente.

Las sensaciones que estaba experimentando no le permitían pesar con claridad.

— Ay, sí, Natalia.

"Paola" subió de más sus dedos y presionó abruptamente su clítoris. Su espalda lanzó una media curva mientras sus piernas se juntaron en un instante; el dolor y el placer le hicieron temblar a destiempo.

El cuarto de una joven estaba siendo adornado con gemidos agónicos. Las sábanas empezaban a empaparse de sudor y fluidos que la verdadera Paola no habría dejado escapar ahí.

— No te pases de ver…

Decía "Paola" mientras mordía su labio al punto que su vagina comenzó a brotar jugos y palpitaciones.

Los dedos de los regordetes pies se tensaron y las sobras de ese líquido empezaron a caer en el ano y la sábana de aquella chica.

Momentos de completa incertidumbre en la mente de Luis mostraban lo complicado que era poder asimilar las sensaciones que había tenido por quién sabe cuánto tiempo.

No podía pensar ni hablar, simplemente estaba en un trance del que ni siquiera podía reaccionar.

"Este placer es el que te hemos dado, el que te hemos hecho desear… si tanto quieres este vulgar cuerpo…"

— ¡No!

Luis recuperó momentáneamente la razón y comenzó a buscar el origen de esas voces.

"No tengo nada que temer, solo es mi imaginación… ¿Qué? ¡No!"

Las húmedas manos de Paola se posaron en su cabeza intentando recuperar el control de sus pensamientos.

La mirada de Luis sobre su húmeda y chorreante vagina le hizo recordar lo que había pasado la noche anterior.

— ¡No me jodas! ¡Esto no puede ser! ¿Qué carajo hice? ¿Qué carajo me pasó?

"Paola" empezó a llorar sin poder contener el maremoto de sentimientos.

"Hiciste lo que tenías que hacer. Alimentaste nuestra pluma con el vulgar goteo de tu milagro. Y tu cuerpo fue la llave para otra de nuestras marionetas…"

— ¿Qué demonios eres? ¡Sal de mi cabeza!... Nuestra cabeza…

"Paola" se puso de pie y miró la carta que anteriormente había leído.

 

Caminó un poco hasta el escritorio y tomó un lápiz que se asomaba de una estuchera. Cada paso dejaba escurrir algunas gotas frescas y, a su vez, una sensación pegajosa se presentaba con cada paso.

— Hemos cosechado lo que era justo cosechar… pero tu miserable existencia aún tiene un último festín que brindar.

"Paola" se chupo los dedos y se acercó al papel que su madre amorosamente había colocado para su hija.

"¿Por qué no das tus últimas palabras? Nos encantaría decirte que eres libre de escogerlas; ya está escrito lo que voy a escribir…"

Las lágrimas de Luis cayeron por las mejillas de Paola.

El lápiz gastaba su punta de grafito bajo la voluntad de quien parecía ser la risueña Paola.

La habitación era la única testigo de esta bizarra y lúgubre situación.

"¿Qué carajo hice para merecer esto?

Toda mi vida se fue al carajo, soy una puta gorda asquerosa, quiero volver a ser yo, quiero volver a ser yo… extraño a Natalia, no quiero ser una puta gorda asquerosa."

"Paola" dejó caer el Lápiz, abrió la puerta de su habitación y, al pie de las escaleras, y con las Lágrimas de Luis en sus ojos, se abalanzó violentamente a la muerte.

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Esta segunda historia tiene dos versiones, la que carece de calidad... mucha mucha calidad, y luego está la versión con leves modificaciones pero que le daban un aspecto ligeramente más decente a la historia. 

La historia a mostrar será la primera versión con todo y errores.

Segunda historia: La esperanza de un anciano

Mi nombre es Alberto y tengo 85 años y ya estoy enfermo por lo que no me queda mucho tiempo de vida hace poco me diagnosticaron un cáncer de pulmón y la verdad nose ni como paso ya que no fumo y siempre me cuide pero bueno me puse a investigar un poco sobre que podía hacer para extender mi tiempo de vida un poco más ya que en teoría solo me quedan aproximadamente 3 meses de vida,para mi sorpresa encontré un sitio que se llama swap clinic lo cual me llamo mucho la atención así que indague y resulta que aquí puedes intercambiar tu cuerpo por el de otra persona ya sea permanente o por tiempo limitado, el costo para poder hacer el cambio era elevado apenas y me alcanzaba así que pensé en que podía hacer y se me ocurrió una solución gastar todo mi dinero y buscar un recipiente joven y que mejor que una mujer, tenia mucha curiosidad sobre el placer femenino así que me puse a buscar una mujer de unos 20 años para que fuera mi recipiente nuevo, contacte con unas cuantas mujeres de 20 y 27 años de edad pero a ninguna le emocionaba la idea de cambiar de cuerpo con un anciano así que se me ocurrió ir a los barrios bajos y buscar entre las mujeres de allí y encontré a una chica de unos 17 años de edad la cual era analfabeta y lo mejor de todo estaba buenísima no lo parece por toda la mugre pero lo note al instante. 

Alberto: Hola buenas tardes, como te llamas? 

Mujer: Hola me llamo Alice 

Alberto: así que te llamas Alice lindo nombre 

Alice: Ajá… y tú qué quieres rarito porque me hablas no te conozco de nada y estamos en los barrios bajos  

Alberto: Fíjate que ando buscando una heredera de mi fortuna y como no tengo parientes ni nada quise darle la oportunidad a una persona desafortunada como tú, dime qué dices aceptas? 

Alice: Estás bromeando eso no se pregunta acepto (Porfin podré quitarme vida de pobre de encima) 

Alberto: Dime cuantos años tienes 

Alice: Tengo 21 años de edad señor 

Alberto: Ya veo perfecto pero antes tenemos que hacer un papeleo para que tengas documentos legales y hacerte un chequeo médico después de eso de mientras te quedarás de quedaras en mi casa provisional de vacaciones  

Alice: Provisional? 

Alberto: Si es que andan remodelando la mansión y pues ocupaba una casa de mientras en la cual vivir, ven no se encuentra muy lejos de aquí  

Alice y Alberto fueron a la casa donde descansaron una noche y Alberto al día siguiente fue a hacer unos trámites para poder hacer que fuera su heredera, una semana después con todo en orden Alberto va con Alice y le dice 

Alberto: Alice ya tenemos toda tu documentación así que podemos proceder a la parte final 

Alice: Dime que se necesita? 

Alberto: Te acuerdas del chequeo médico que te platique anteriormente? Pues tenemos que ir a la clínica a qué te hagan unos chequeos médicos 

Alice: Ok está bien 

Alice no sospechaba nada, la lleve a la swap clinic y allí nos pidieron firmar unos papeles a los 2 y en eso el médico le dice a Alice  

Médico: Está todo listo y en orden Señorita Alice por último necesito confirma, leyó todo y está preparada para el cambio? Ya que no será reversible  

Alice: Este… (Nose leer y no quiero perder la fortuna tendré que mentir) Si así es estoy lista 

Medico: Perfecto usted y el señor Alberto por favor pasen a la habitación 2 allí estarán dos especies de camas cada uno acuéstese en una  

Alice: Si está bien  

Alberto: Si caballero  

Ambos fueron a una habitación con 2 grandes aparatos los cuales parecían 2 camas del futuro Alice se recostó en uno y Alberto en otro y los medios cerraron las camas para que estos se desmayaran y 40 minutos después…. 

Alice(Alberto): Hay mi cabeza que… Oh si estoy en su cuerpo soy joven y hermosa siiiiii 

Alberto grito de alegría por suerte ningún médico estaba presente en ese momento  

Alice(Alberto): Vaya que tenias unos pechos grandes y suaves no se que hacías en los barrios bajos con este cuerpo mamasita pero ahora me pertenece y es todo mío mío mío mío y solo mío  

Por otro lado la cama opuesta empezaba al pitar alertando a los médicos Alberto reacciono rápido y empezó a gritar UN MEDICO UN MEDICO AYUDA AUXILIO 

Llegó un médico pero era demasiado tarde aparentemente al cuerpo original de Alberto le dio un paro cardíaco justo antes de que Alice despertara en el cuerpo de Alberto, Los médicos no sabían que hacer así que ante todo precedente ella había firmado y Alberto estaba expugne a cualquier acusación, el salió por la puerta grande con una sonrisa en su rostro yendo a disfrutar de su nueva vida como Alice 

Alice(Alberto): Por fin solos mamasita me sorprende que no tengas estudios estés tan bien cuidada está carne este culo y pechos estás curvas todo en ti irradia belleza pura y limpia, como otra persona no te recogió antes para cuidarte o algo por el estilo digo mirate eres hermosa bueno soy hermosa  

Alberto se puso frente al espejo modelando para si mismo mientras estrujaba su nuevo par de tetas  

Alice(Alberto): Si que fue duro todo ese papeleo pero valió la pena solo mírame ahora soy una chica joven come años mires donde mires hermosa y sexy  

Alberto estaba emocionado por su nueva vida como Alice tanto así que fue a la cama a masturbarse para sentir el placer femenino y ver si realmente era tan bueno como lo pintaban todas las personas  

Alice(Alberto): Bueno aquí vamos sere testigo de si se siente mejor el placer femenino que el del hombre espero que sea tan bueno como dicen, 1, 2, 3, Ahhhhh que fue eso, es como si me golpeara una gran fuente eléctrica en mi cerebro 

Alberto no lo podía creer esto era 10 veces mejor que como hombre 

Alice(Alberto):Ah Ah ah Muchas gracias niña incrédula por tu sexy cuerpo ahhhh ahhhh ah ah ah ah ahora yo le daré un mejor uso que tú Ah Ah Ah Ah Ahhh más fuerte Ahhh Ahhh  

Alberto movía sus dedos en su nueva vagina tan rápido como podía hasta que… 

Alice(Alberto): Ahhhhhhhh así que así es la eyaculación femenina, que raro siento que quiero más, aún más esto no puede parar  tengo que buscar algo para meterlo aquí adentro los dedos se sienten genial  

Alberto se dirigio hacia la cosina tomo un pepino y volvió al cuarto 

Alice(Alberto): Vamos a ver qué se siente con un pepino… oh por dios esto es esto… esto… esto es asombroso se siente mejor que mis dedos  

Alberto siguió y siguió y no se satisfacía y luego pensó si así de bien se siente esto como será un vibrador no lo pensó y se vistió para ir a comprar uno con el poco dinero que te tenía y después de ver el dinero que le quedaba no sabía que hacer ya que está chica no tiene estudios ni registro de educación solo era una muchacha muy sexy así que pensó en prostituirse pero dijo no aún tengo decencia y el si estudio algo, así que tomo su celular y busco trabajos de medio tiempo para poder hacer la primaria secundaria y prepa pero no iba a ser sencillo luego vio que podía hacer unos exámenes para poder determinar en que nivel de estudios estaría Tomo los exámenes y determinaron que ya pasó la preparatoria lista para ir a la universidad después de mucho papeleo entre exámenes y mentiras entre otras cosas les dieron sus documentos y papeles en orden y actualizados  

Después de todo lo anterior busco un trabajo de medio tiempo para poder ganar dinero y ahorrar para la universidad 

Alice(Alberto): Ya vez Alice gracias por tu vida le estoy haciendo un muy buen uso a tu cuerpo y en un futuro voy a hacer exactamente lo mismo que hice contigo buscaré un nuevo recipiente para mí la engañaré y tomaré su vida así como lo hice contigo y no te lo tomes a mal por ahora me centraré en el placer que ofrece tu gran y delicioso 😋 mmmmm nomás de pensar en el placer me mojo pero bueno eso y mis estudios gracias a los exámenes entre otras cosas y favores pude saltarme todo hasta la preparatoria y ahora entraré a la universidad como una ingeniería en sistemas jejejejeje  Ya me ví la ingeniería Alice antes no tenía nada y ahora mírame ni mis familiares ni amigos me reconocerían aparte no me querían por eso no me da pesar nada, Creo que regresaré a casa por hoy quiero y a Mmm jugar un poco conmigo misma 

En lo que pensaba eso se empezó a sentir mal con mareos pero consciente y otra voz lo empezó a hostigar desde su cerebro diciendo me mentiste, me mentiste  

Alice (Alberto): Que está pasando? Porque ahora ya pasaron 8 meses desde el cambio que pasa esa voz? Es Alice? No no puede ser ella, murió en mi cuerpo lo ví con mis propios ojos 

Voz: Sal de aquí, sal de aquí, sal de aquí 

Alberto(Alice):Mierda que está pasando eres Alice? O quien carajos eres no creo que seas mi subconsciente  

Alberto le está sacando mucho provecho a su nueva vida y en un futuro piensa tomar otra pero algo extraño está pasando como continuara esta historia?  

CONTINUARA…


Comentarios

  1. Me encantó!! El nivel de realismo de la segunda historia wow. Aparte el nombre de tod@s l@s escritores detalle!

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