Regalo para Karina

Feliz cumpleaños Karina! Lograste llegar viva a tu cumpleaños a pesar de todas las desgracias que tuviste en el camino.

Bueno, nuestra querida escritora la pasó bastante mal con el huracán, y lo menos que puedo hacer es darle una pequeña historia como regalo para animarla aunque sea un poco.

— ¡Ah!  ¿Q-Qué me pasó...?

La mujer pelirroja miró hacia abajo, viendo desconcertadamente los pequeños senos en su pecho.

— ¿Tetas? ¡¿Tengo tetas?! ¡Mi voz! ¡Necesito un puto espejo! —la mujer miró a su alrededor— Un momento... Esta... esta no es mi casa... y este ni siquiera es mi cuerpo ¿Dónde estoy...? 

Entonces la mujer en pocas ropas, mirando la habitación, vio un espejo y se acercó rápidamente.

— ¿Quién chingados es esta? Identificación, tengo que encontrar su identificación...

Una vez más la mujer buscó en la habitación, esta vez su mirada se dirigió a las varías bolsas que había, y en una de ellas, encontró una cartera, la cual contenía su identificación.

— "Karina Ferreiro" ... Así que esa es el nombre de esta persona... Espera... ¡El huracán!

Karina, no, si bien se trata del cuerpo de la persona llamada Karina, quien lo habita no es ella, sino un alma completamente distinta, un alma lejos de su hogar.

Un alma que estaba procesando todo lo que estaba pasando, le había sucedido algo totalmente inédito y que solo se había visto en obras de ficción, su alma ahora estaba en el cuerpo de otra persona.

— Mierda, tengo que volver a casa y ver que todos esten bien... ¿Pero cómo? ¡Piensa, Jules!

Sí, Jules era el nombre del alma que ahora habitaba el cuerpo de Karina, en pocas palabras, este hombre ahora se encontraba en el cuerpo de una mujer.

Y entonces.

*Tono de llamada*

Un teléfono rompió el silencio en la habitación.

"No contestar", era el nombre del contacto, por lo que Jules hizo caso omiso a la llamada, y después de que esta terminará vio más de cerca el teléfono.

— ¿Un iPhone 13? Mierda, esta mujer es rica

Despegandose del asombro, usó el teléfono para ver el lugar donde se encontraba.

— ¡¿Nuevo León?! Ok, no es tan malo, sogo dentro de México y cercas de mi hogar, veamos si hay vuelos o autobuses

Rápidamente accedió a las páginas de centrales y aeropuertos, pero fue inútil, las rutas estaban canceladas debido al huracán, la única opción que le quedaba era ir en auto, así que volvió a husmear entre las pertenencias de Karina.

— Cuando dios abre una puerta, abre una ventana —Jules se alegró al encontrar las llaves de un auto.

Con la identificación, las llaves y una tarjeta de crédito que encontró entre las pertenencias de Karina, caminó con prisa hacía la puerta.

Sin embargo.

Su escote descubierto le impidió salir. "No puedo ir por allí mostrando los pechos esta vieja" así que buscó una vez más en la habitación, pero no había ropa, tuvo que improvisar usando las sabanas de la cama.

Solo entonces salió de la habitación, encontrándose con un pasillo y unas cuantas habitaciones más, decidió seguir derecho ignorando las puertas aunque asombrado por la elegancia que estás desprendían, hasta que llegó a unas escaleras. Escalera que conectaban con lo que parecía swr una gran sala principal, sala adornado con varios muebles finos así como marcos en las paredes, lo que más le llamó su atención fue un llavero, al lado de una doble puerta, en el que habían varias llaves, entre ellas distintas llaves de vehículos.

Y usando su lógica, abrí la puerta al lado del llavero, solo par a ver la salida y un montón de autos estacionados.

*Sonido de pitido*

Presionó las llaves en su mano y uno de los vehículos respondió.

— ¡Me saqué la lotería!

Se trataba de una camioneta último modelo, un vehículo que ni siquiera podría darse el lujo de pagar con su trabajo.

Rápidamente se subió y colocó el mapa del celular indicando su destino y el desplazamiento por automóvil.

Y varias horas de recorrido por carretera después...

— ¡Puta madre! —Jules gritó con irá al ver la carretera bloqueada por varios arboles caídos— Tendré que caminar

Un Jules con un cuerpo femenino bien arreglado, pues se había detenido a recargar gasolina y comprarse ropa que le quedara a su nueva figura, se bajó de la camioneta y empezó a caminar, sabía que no estaba muy lejos de su ciudad así que no tardaría mucho en llegar a su casa.

Sin embargo, su rostro y su preocupación crecían conforme más se acercaba y veía la destrucción que el huracán había dejado a su paso así como el caos que había en las calles provocado por las personas, poco a poco, su caminata se convirtió en trote y su trote en corrida.

No se detuvo hasta llegar a su vecindario.

Pero todo fue en vano, su casa estaba totalmente destruida, sentía que se le iba a salir el corazón, rápidamente entró para vero como se encontraba la situación, pero...

— ¡No te muevas! —una señora de edad avanzada le gritó mientras mientras le apuntaba con una tubería.

— ¡Mamá! —gritó Jules sorprendido.

La anciana con la tubería en mano era la mamá de Jules, sin embargo, el recibimiento que este esperaba era totalmente distinto.

— ¡Cuál mamá ni que nada, yo no tengo hijas, solo un hijo muerto! ¡Lárgate de aquí vieja piruja que de seguro quieres aprovechar para robarme!

— ¡No mamá, soy yo, Jules! 

— ¡Buen intento pendeja pero a mi no me engañas! ¡A Jules lo mató el Otis! ¡Ahora lárgate! 

Sin más que decir, la mamá de Jules le lanzó la tubería.

Y Jules, presa del miedo, salió corriendo.

— No, debo volver y explicarle la situación —volvió en sus sentidos, pero— ¡Mmm!

Inesperadamente, alguien sujeto a Jules por la espalda y puso un paño húmedo en su boca, Jules trató de luchar, pero solo entonces fue consciente de que ahora estaba en el cuerpo de una mujer, y una bastante débil.

Jules perdió el conocimiento.

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— ¡Ah! 

Sin saber el por qué ni cuanto tiempo había pasado, Jules volvió a despertar en aquella habitación. Una vez más vistiendo ropa bastante reveladora. 

Caminó hasta la sala principal esperando encontrar respuesta de que era lo que había sucedido.

— Buenos días, cariño. Veo que despertaste

Un hombre, que parecía ser la pareja de Karina, le dio los buenos días, a lo cual Jules respondió de igual manera para no levantar sospechas

— Buenos días... cariño...

Entonces, el hombre se acercó a Jules y lo sujetó del cuello.

— Muy bien, maldita perra, dime quién eres

— Ghu, c-cariño, soy yo, Karina —Jules trató de actuar de una forma femenina.

— Déjate de farsas, la verdadera Karina nunca mostró afecto hacia mí

Solo entonces soltó a Jules, arrojándolo al suelo. Inmediatamente confesó y explico su situación.

— ¡Jajaja! ¡Es una mamada! ¡Entonces eres un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer! ¡Dios! Ah... —el hombre dejó de reir y se puso serio— Pero bien, si tu estás aquí, entonces es probable que la verdadera Karina este muerta... Y eso es bastante conveniente para mí

— ¿Por qué?

— Veras, niño. Karina sabía varias cosillas sobre mí con las que me tenia amenazado, pero si ya no esta entonces no tengo por qué matarte

— ¿Entonces me puedo ir?

— Nop, ocuparas su lugar y serás una nueva y dulce Karina que ama mucho a su esposo y lo satisface en la cama

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Soy vato! ¡Y no me gusta la verga!

— Eso se puede arreglar —el hombre se bajó el pantalón— Ahora, chúpalo

— ¡Ni madres! ¡Déjame ir!

— Creo que no comprendes la situación, la dueña de ese cuerpo debía estar muerta hace mucho, pero la puta tenía información perjudicial para mí, y ahora que tú estas en su cuerpo, pero no tienes dicha información... Bueno, creo que no necesito decir más

La cara de Jules se lleno de miedo.

— Entonces, ¿Qué vas a elegir, morir otra vez o chuparme la verga?

Sin más opciones a elegir, Jules se puso de rodillas frente al hombre, tomo su miembro, y lo puso en su boca.

Cerro los ojos para no ver lo que estaba haciendo, aunque no sirvió de nada ya que el olor que emanaba el trozo de carne en su boca se filtraba por su nariz, por no mencionar el intenso y salado sabor en su boca.

— ¿Seguro que no eras joto? Porque lo haces como una profesional

— Cállate, esto de por si ya es bastante asqueroso

— Oye, ¡Las putas no hablan!

El hombre tomo la cabeza de Jules y la empujo contra su miembro, haciendo que se atragantara.

Entonces, cuando el hombre sintió que estaba por venirse, se detuvo.

— Bien, ahora ponte en el sillón y muéstrame ese hermoso durazno que tienes por culo

— ¡N-No, no lo voy a-hg!

Jules trató de resistirse, pero una vez más fue sujetado del cuello, sintiendo como le comenzaba a faltar el aire, sintiendo terror de la mirada amenazadora del hombre frente a él.

— ré... 

— Mmm, ¿dijiste algo? —el hombre aflojó su agarre.

— ¡Lo haré!

Y Jules fue soltado otra vez, con lagrimas en los ojos y recuperando el aliento, se puso en el sillón tal como se lo habían ordenado, mostrando el trasero como si estuviera invitando al hombre.

— Bien, bien. Me gusta que seas obediente

— Jodete...

— Jaja, está bien, puedes maldecirme, igualmente me voy a divertir con ese coño tuyo

— ¡Hii! 

Jules sintió como el hombre ponía sus manos en su cintura, subiendo lentamente hasta su cintura

— Mírate, dices ser un hombre pero gritaste como toda una niñita. Oye, ¿estás temblando?

— S-Solo hazlo...

— No necesito que me lo digas

*Sonidos de penetración*

— ¡Ngah! 

— E incluso gimes como toda una perra

En el poco tiempo que Jules ha sido una mujer, por primera vez experimentó los placeres que este le puede dar, estaba tan concentrado en volver a casa que poco le importo su nuevo cuerpo, ni siquiera ir al baño fue una experiencia significativa para él. Y por esto mismo, es que los nuevos estímulos estaban ganando control sobre Jules.

— Ahh... eso no es ciertohh... Mierdaaah

— Así me gusta, gime como la puta que eres

— Yo... Nnmm, no soy... ¡Ahh! ¡Ninguna puta!

— Jaja, dices esos pero tu solita estas moviendo tus caderas... ¡Ya aprietas bastante!

— ¡Ahn! ¡Eso no es...!

Aunque Jules quisiera negarlo, su cuerpo estaba gozando del placer femenino, inconscientemente movía sus caderas en busca de más.

— Bien, entonces me detendré

El hombre empujo a Jules, quien se quedo callado y con una mirada de anhelo en sus ojos.

— ¿Por qué tan calladita, Karina? ¿Mi verga te dejo sin aliento?

Jules no lo entendía, su mente le decía a gritos que se detuviera, pero su cuerpo le decía a gritos que necesitaba esa cosa dentro de su cuerpo.

Jules no dijo nada, solamente se recostó de espaldas y abrió las piernas mientras con su mano abría su vagina completamente mojada.

— Parece que el niño se convirtió en toda una mujer

Entonces siguieron con el acto sexual, con Jules consumido completamente por el placer femenino, comportándose como toda una mujer deseosa de sexo.

No era que Jules tuviera resistencia mental, era solo que el libido reprimido de Karina exploto y nubló por completo su juicio.

Después de ese día, y después de que Jules volviera a sus sentidos, llegó a un acuerdo con Kevin, su nuevo esposo. Jules tomaría por completo la identidad de Karina, una dulce esposa que sabe atender a su marido. 

Y en cuanto a su lugar de origen, pudo volver y aclarar el malentendido con su madre, quien le costo creer que su hijo ahora estaba en el cuerpo de una mujer casada, pero también se vendió en cuanto escuchó la oferta del "pelado", dicho en palabras de su madre, que lo acompañaba, quien no solo pagaría los gastos del funeral del cuerpo original de Jules, sino que también pagaría los gastos para la reconstrucción de la casa. 

Y como no podían decir tal verdad a sus conocidos, lo dejaron como "una amiga de Jules con la que cual me llevo bastante bien e incluso la veo como mi hija" para sus conocidos.

Jules, ahora Karina, no podía estar más feliz. aunque había perdido su cuerpo y su hombría, conoció los placeres de una mujer, a los cuales se volvió un adicto, o adicta. Además de que ahora tenía una vida libre de trabajo, lo único que tenia que hacer ahora era abrir las piernas mientras disfrutaba de todo tipo de lujos junto con su familia.

Comentarios

  1. Me gustan mucho tus historias así, aunque ya casi no subes de este tipo de contenido , las historias largas son lo tuyo también, saludos

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  2. Gracias...

    Sí... Ha habido problemas de motivación...

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