Clase alta y clase baja: capítulo 5

El Final de esta historia comisionada, muchas gracias por tu apoyo y espero te guste!

Para este último capítulo se ha pasado de un narrador protagonista a un narrador omnisciente.

Kevin estaba desesperado, su mente estaba tan nublada que decidió ir a su casa para pedir ayuda, se arregló y pidió un Uber, lamentablemente no pasó más allá de la entrada a la zona residencial, los guardas pensaron que era una prostituta bajo los efectos de alguna droga, pues decía ser el heredero de Nox, terminó huyendo al ser amenazado con llamar a la policía.

Entonces recuperando un poco sus sentidos, decidió hablar con la persona que más tenía confianza, su novia, se dirigió a su trabajo, sabía que la situación se repetía así que esta vez fingió ser una amiga de Cecilia, dió el nombre de una de ellas, a lo que Cecilia, un poco extrañada de recibir visitas en su trabajo, pidio que la dejaran entrar y la llevaran a su oficina...

¡Ceci, estoy feliz de verte! -dijo Kevin alegremente corriendo a abrazarla-

Rápidamente su abrazo fue rechazado pues Cecilia lo empujó.

¡Tú no eres Rosy! ¡Guar-mph! -gritó Cecilia pero fue interrumpida por la mano de Kevin en su boca-

¡No haga ruido! Escucha, puede que me vea diferente pero soy yo, Kevin, tu novio -dijo Kevin algo nervioso- 

¡Mmm! -dijo Cecilia asintiendo con la cabeza-

Y la persona en mi cuerpo es la dueña de este cuerpo, pero creo que no tiene intenciones de devolverme mi cuerpo, así que necesito tu ayudo -explicó Kevin-

Kevin quitó su mano de la boca de Cecilia pero volvió a ponerla rápidamente pues su novia nuevamente trato de llamar a los guardias de seguridad.

¡Tienes que creerme! -gritó Kevin-

Viendo la enorme duda de Cecilia, Kevin comenzó a contar cosas que solo ellos dos sabían y ella poco a poco fue convencida de que lo que decía era verdad.

Espera... ¿Entonces la mujer en tu cuerpo...? -preguntó Cecilia algo inquieta- Nada, olvídalo... Mejor dime cómo te ayudo

Necesito que me ayudes a reunirme con ella, y tengo la idea perfecta, cuando vayan a mi casa y se quede dormida en mi cuerpo, cambiaré los anillos y volveré a mi cuerpo -explicó Kevin-

Ok, pero ¿Cómo vas a entrar a tu propia casa? -preguntó Cecilia-

Tú me vas a ayudar, dirás que soy una amiga tuya y que quieres darme una sorpresa -respondió Kevin con confianza-

Cecilia acepto ayudarlo a cambio del anillo de matrimonio después de regresar a su cuerpo, cosa que Kevin acepto sin pensarlo dos veces, más bien, su desesperación no le permitía rechazar tal petición.

Cecilia llevó a Kevin en el cuerpo de Guadalupe a su casa, gracias a ella pasaron fácilmente, Cecilia le aconsejo esconderse en el armario para esperar por la oportunidad para cambiar de vuelta, si necesitaba algo simplemente debía pedírselo a la sirvienta. 

Con todo el plan saliendo bien solo necesitaban esperar a que Guadalupe llegara a dormir, por lo que Cecilia regreso al trabajo...

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*Sonido de puerta abriendose*

Veo que llegaste, Kevin ¿O debiera decir, Guadalupe? -preguntó fríamente Cecilia-

En ese momento Guadalupe sintió el verdadero terror, si ella le contaba a todos lo que había sucedido la harían volver a su cuerpo, tendría que renunciar a su vida de hombre millonario, volver a su horrible trabajo y a ser vendida por su esposo, el sudor comenzaba a caer de su frente, estaba helada...

Tranquila, no voy a delatarte, en su lugar vengo a proponerte algo muy conveniente para ti, para ambas... -explicó Cecilia-

Guadalupe no dijo ni una palabra, solo tomo asiento mientras veía con miedo a Cecilia.

Te ayudaré a quedarte con ese cuerpo, pero a cambio tu me ayudarás a mí ¿Entiendes? -preguntó Cecilia

Guadalupe solo asintió con la cabeza.

Bien, primero que nada, quiero renunciar a este empleo y ser mantenida y consentida por ti, y segundo, cuando quiera algo me lo das -dijo Cecilia-

¿P-Por qué? ¿Por qué me ayudas? -preguntó Guadalupe confusa-

Porque me importa un pepino quién este dentro de ese cuerpo siempre y cuando me de lo que yo quiero, además, eres mejor que el verdadero Kevin en la cama -respondió Cecilia-

... Realmente eres una interesada -dijo Guadalupe sorprendida-

Tomaré eso como un "Sí", ahora vamonos, tenemos que conseguir unas cuantas cosas -dijo Cecilia antes de salir por la puerta junto con Guadalupe-

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Kevin se encontraba esperando en el armario, cuando de repente se abrió la puerta.

Hola, cariño -saludó Cecilia-

¡¿Ceci?! ¿Qué estás...? ¡Mmm! -preguntó Kevin antes de que sus vías respiratorias fueran bloqueadas por un pañuelo-

Kavin trató de oponer resistencia pero fue inútil, el cuerpo de Guadalupe era más débil que el de Cecilia, lo último que vió fue a su novia y a su verdadero cuerpo detrás de ella...

¿D-Dónde estoy...? -se preguntó Kevin quién apenas despertaba-

Es una buena pregunta, Lupita -respondió Guadalupe en su cuerpo-

¿Lupita...? No, no, soy Kevin... -dijo Kevin tranquilamente-

No, eres Guadalupe ***** una mujer de clase baja con una vida muy lamentable y está noche voy a asegurarme de que así sea -dijo Guadalupe mientras se desvestía, Kevin solo miraba a al hombre frente a el tranquilamente, más bien, no podía presentar resistencia, su cuerpo estaba bajo los efectos de una droga que había conseguido Cecilia, lo mantendría despierto pero tranquilo.

¿Eh...? No... Devuélveme... mi cueeeerpoooo... -dijo Kevin-

Guadalupe lentamente se fue acercando a su antiguo cuerpo, el cual estaba tirado en una cama sin la capacidad para poder moverse. Tomo sus caderas y sin mas preámbulos introdujo su duro pene en su antigua vagina.

¡Ahh! -jadeo Kevin-

¿Se siente bien? -preguntó Guadalupe-

Sí... Se siente... ah... Bien... -respondió Kevin-

Kevin no podía pensar en nada más que sentirse bien, no le preocupaba perder sus recuerdos, más bien, no podía preocuparse, las drogas en su cuerpo se aseguraban de eliminar cualquier pensamiento negativo, solo podía disfrutar del placer de ser penetrado por su antiguo cuerpo.

¡Ah! ¡Sí! ¡Se sienteeeeee bieeen! ¡Ahhhh! -gritaba Kevin por el placer- 

Kevin sin saberlo ya había alcanzado varios orgasmos femeninos, pero no importaban, los únicos que realmente importaban eran los que se sincronizaban con los de Guadalupe, los cuales poco a poco iban transfiriendo sus recuerdos y cambiando el color de los diamantes en los anillos...

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¡Ah! ¡Guadalupe, Ceci! -gritó Kevin al ver a Guadalupe y a Cecilia arreglandose-

Es bueno verte despierta Guadalupe, lo de anoche fue fantástico, pero nos tenemos que ir, Ceci y yo tenemos varios asuntos pendientes -dijo Guadalupe-

Kevin trató de detenerlas pero fue inútil, su cuerpo seguía bajo los efectos de aquella droga.

Por cierto, tomaré esto de ti, espero no te importe -dijo Guadalupe tomando el anillo en su dedo-

Solo entonces su rostro se puso pálido, el anillo en su dedo, no, las gemas en el anillo se habían vuelto color rosa, lo que significaba que el cambio estaba hecho, ahora Guadalupe era Kevin pro completo, tenía sus conocimientos y habilidades, lo mismo para Kevin. Él solo pudo derramar lágrimas viendo como su cuerpo salía de ka había.

Bien, tu esposa fue excelente, aquí está la paga, y toma un extra, usalo para irse lo más lejos posible de la ciudad, si puedes al extranjero, y si lo haces te daré un millón al mes, no es un mal trato ¿Verdad? -dijo Guadalupe al hombre que alguna vez fue su esposo-

¡Claro que no, jefe! ¡Nos iremos de la ciudad esta misma noche! ¡Muchas gracias por su apoyo! -respondió el hombre bastante feliz por la gran cantidad de dinero que recibió-

Ese día los papeles del chico de clase alta y la mujer de clase baja se invirtieron de forma permanente.

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