Clase alta y clase baja: capítulo 1

Este es el inicio de una historia por comisión, muchas gracias por tu apoyo y espero te guste, es algo corto pero el siguiente capítulo será más largo... o eso espero...

¡Por favor, deténganse! ¡Ahh! -grité-

Ni lo creas,  perra, le pagamos a tu esposo por esto -dijo uno de los hombres mientras me penetraba-

Mi nombre es Kevin, y la mujer que está siendo cogida en la imagen soy yo, de seguro se preguntaran "oye ¿Cómo que te llamas Kevin si eres una mujer", bueno, eso es porque este no es mi cuerpo.

Todo comenzó una fatídica mañana de abril, me había levantado somnoliento, pero nada como un café Malongo Blue Mountain preparado por mi criada, Melisa, o como yo solía decirle "Meli", me estaba cambiando, poniéndome mi traje de marca Calvin Klein, admirando el hermoso paisaje que me otorgaba el lujo de vivir en el departamento más alto de un gran edificio departamental cinco estrellas, una vez listo tomé mi maletín, baje tranquilamente por el elevador mientras bebía mi café, subí a mi Veneno Roadster, encendí su motor, adoraba oírlo cada mañana, fui por mi novia a su casa para ir juntos al trabajo, mi novia era super sexi, tes blanca con cabello rubio natural, pechos grandes para chupar, un buen culo para apretar y nalguear, un hermoso rostro para ver y besar, la conocí en la universidad, desde entonces hemos sido pareja, y la envidia de todo el mundo, la chica más sexi para el chico más rico, perfectamente balanceado, como debe ser.

Llegué a casa de mi novia, Cecilia, llevaba un sexi vestido rojo de marca chanel, nos saludamos como siempre, se subió al auto y fuimos al trabajo, em el camino me venía contando sobre un nuevo bolso y aplicó el clásico truco de las mujer de tocar la pierna de los hombres para seducirlos, sé que era un truco pero aun así caía fácilmente, además, comprárselo significaría que me daría una sorpresa en la cama. 

Llegamos a Nox, una empresa reconocida a nivel mundial, y que pronto sería mía, mí papá, mi abuelo, mi bisabuelo, y así podría segur... Pero eso no es lo importante, mi familia es la fundadora de Nox, y han pasado la empresa a sus descendientes por generaciones, yo no era la excepción, pase por un duro entrenamiento desde mi niñez, aprendiendo el alto mundo de las finanzas y la habilidad del habla, todo para poder ser un heredero digno de la compañía, yo también di lo mejor de mí, noches de desvelo, días sin descanso, sacrificando salidas con los amigos, todo para ser lo que soy ahora.

Pensé que sería un día tranquilo, pero mi papá me pidió un encargo, tenía que recoger un paquete en persona, baje hasta el estacionamiento, tome mi auto y fui a la dirección brindada. En cuanto a mi novia, ella es mi asistente personal, se encarga de varios de mis asuntos por mí, la puse a hacer el papeleo que debía hacer yo mientras recogía el paquete, muy mala hora para recoger el paquete, el trafico estaba horrible. según el gps no estaba muy lejos del lugar, por lo que decidir mejor estacionarme y bajar del auto,  al cabo que sería algo eco-friendly de mi parte, pague el estacionamiento, y me baje, comencé a caminar, se sentía bien caminar entre gente humilde y trabajadora, entonces vi algo que me llamo la atención, un puesto de antigüedades, me gustaba un poco el tema, además de que me gustaba subir fotos con cosas exóticas a mi Instagram, rápidamente tomé una foto al local y la subí con el titulo "✌Visito una humilde tienda de antigüedades👀👀👀, que emoción! 💖" pero entonces...

¡Niño, no tomes fotos del lugar! -gritó una voz femenina-

Me regaño la dueña del local, una mujer mayor, rápidamente guarde mi celular y comencé a ver los productos, entonces vi junto a un estante un anillo muy bonito, el cuerpo tenia un color oscuro bañado en algún material para hacerlo lucir brillante y cómodo, en la cabeza tenia un cuarzo de forma cuadrada con dos diamantes incrustados en cada uno de los engarces, lucia muy llamativo, entonces vi su precio, era bastante bajo, solo tres millones de pesos, lo quería para mí

Disculpe, señorita, quiero comprar este anillo -le dije a la señorita mientras lo señalaba-

Ah, ese no está a la venta -dijo la señora-

¿Entonces por qué lo tiene ahí? -pregunte tratando de empezar una negociación-

¡Porque se me olvido quitarlo y ni empiece a chinga que no se lo voy a vender! -dijo la señora enojada-

Wow, tranquilícese señora ¿No sabe quien soy? -pregunte tratando de asustar a la señora-

¡Me vale tres hectáreas de verga quien seas! ¡Niñitos de papi como tu me los paso por el culo! -dijo con bastante autoridad la señora-

Bien bien, entonces seguiré viendo -dije-

La señora volvió a su puesto, acomodando cajas, yo seguí viendo a ver si podía encontrar entonces la oportunidad se presento ante mí, la dueña del local recibió una llamada y tubo que ir a otro cuarto, parecía algo serio por su expresión, en mi familia hay un lema "Nunca obtenemos un NO por respuesta" si la señora no me iba a vender el anillo entonces solo debía robarlo, era eso o bloquear a la señora de todo servicio haciéndole imposible vivir en la ciudad, en fin. Aproveche que ella no estaba para tomar el anillo, abrí la vitrina donde este estaba y salí tranquilamente, como si nada hubiera pasado, retome mi caminata hacia el paquete y retome mi curso hacia el auto tomando un ligero desvío.

Una vez en el estacionamiento, guarde el paquete en el maletero, y me subí al auto, me tome el tiempo para ver el anillo, era hermoso, digno de mí, entonces me lo puse, me quedó perfecto, pero paso algo raro, el cuarzo y los diamantes incrustados en los laterales se tornaron en un azul profundo, sigo sin entender por que los estaba dando a tan bajo precio. finalmente subí a mi cuenta de twitter un estado desprestigiando la tienda "Fui a una tienda de antigüedades pero no me quisieron vender un anillo, y la señora que atendía fue grosera conmigo, muy mal servicio 0/10😡😡😡"...

Volví a al trabajo con el paquete, se lo di a la secretaria de papá, yo me dirigí a mi oficina, ya saben, cosas de jefe de departamento, y hacer el delicioso con mi novia, todo iba de maravilla, tenía a mi novia chupando mi pene debajo del escritorio mientras hacia papeleo, se podía decir que era una clase de competencia también, si ella me hacía venir antes de acabar mi trabajo obtenía algo de mí, pero si yo ganaba entonces podía escoger donde hacerlo, sí... tenía un fetiche por hacerlo en lugares públicos.

Termino otro día en mi rutina, con una victoria para mí, acorde con Cecilia tener una cita en el parque del centro, era muy bonito y solía ir mucha gente, cosa que solo aumentaba mis ansias por el día tan preciado. después de dejarla en su casa volví a la mía, fue un día "agotador" así que fui directo a la cama con el anillo puesto porque olvide quitármelo...

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*Sonido de alarma*

Fue raro, no recordaba haber cambiado la alarma de mi celular, era un tono distinto, de hecho, totalmente opuesto a mi tono de alarma de siempre, era... creo que la gente humilde lo llamaba "cumbia",  extrañado, trate de tomar mi celular para apagar la alarma, pero fue raro, por más que estiraba mi brazo hacia donde se supone que debía estar mi celular no estaba, fue ahí cuando abrí los ojos...

¿Dónde estoy? ¿Mmm? Mi voz suena rara... Mis manos... ¿Por qué son tan pequeñas? -me preguntaba somnoliento mientras observa mi alrededor-

Entonces vi algo que me despertó por completo.

¡¿T-Tetas?! ¡¿P-Por qué tengo tetas?! -pregunte asustado-

Tenia tetas siendo sujetadas por un brasier, la habitación en la que estaba no era la mía, paredes con pintura desgastada por la humedad, un techo de lamina con varías vigas de madera como suporto y con un foco colgando de este por medio de una extensión, muebles desgastados con montones de ropa y artículos de higiene. me levante de la cama notando el piso de concreto, era terrible comparado al piso de mi departamento, uno podía incluso caminar descalzo sin problema alguno. camine hasta el espejo como pude, tratando de no caer por mi nuevo centro de gravedad, entonces me vi...

¡Era una mujer! ¡No sabía por qué pero era una mujer! 

*Sonido de alarma*

¡Cierto, el celular! -dije-

Logré desactivar la alarma, solo para darme cuenta que su sistema operativo era Android, justo lo que me faltaba, un maldito Android, no habían pasado ni cinco minutos y ya extrañaba mi IPhone 13, lo peor de todo fue que estaba bloqueado, estaba atrapado en el cuerpo de una desconocida en una casa desconocida y sin poder comunicarme por no tener un mísero pin de cuatro dígitos.

¿Qué voy a hacer ahora? -me pregunté-

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