Mi vida como Eri: Parte 2

Hola, aquí la parte 2 de esta historia... Pronto se añadirán imágenes

Mi vida como Eri - Parte 2: La biblioteca

Eri: ... Tiene que ser una puta broma...

Sra. Wilson: ¡Ese no es el lenguaje de una jovencita!

Conversaban Eri y su madre estando de pie frente a la tienda de ropa, el lugar desprendía una ambientación totalmente femenina, colores como el rosa y el violeta se apoderaban de las paredes del lugar, los estantes y maniquíes con ropa femenina abundaban, había de todos los estilos, desde las prendas para parecer una mojigata hasta las ropas de una zorra.

Obviamente Eri eligiría la primera opción, o al menos lo haría su madre ya que Eri no tenía conocimiento sobre las vestimentas femeninas pero si de algo estaba seguro es que no querría parecer una puta, de solo imaginarlo su cara se tornaba roja de la vergüenza. 

Nada más entrar su madre le dijo que fuera a los probadores, que ella le pasaría la ropa, cosa que hizo obedientemente.

Eri: Mamá... ¿Es enserio? ¿Lo primero que me das es ropa interior...?

Sra. Wilson: Claro que sí Eri, no tienes nada de ropa interior, y créeme, la vas a necesitar ¿No has notado un leve dolor en tus hombros?

Eri: ...

A pesar de estar sin palabras, sabía que su madre tenía razón, sentía un leve dolor en sus hombros y un poco de irritación en sus pezones. El dolor era causado por los senos colgando en su pecho, los cuáles se movían fuertemente con cualquier movimiento ya que no contaba con un sujetador, lo mismo con sus pezones ya que no contaba con algo que los resguardara de la textura de la tela que vestía.

Con una cara enrojecida tomó el brassier y las bragas, ambos de color rosa, ya habían sido pagados así que no había problema en usarlos. Por segunda vez vio su cuerpo desnudo, decidió ponerse primero las bragas rosas, no quería aceptarlo pero las bragas se sentían cómodas, se ajustaban perfectamente a su cintura, aunque le molestaba un poco que este se le metiera entré las nalgas. Segundos después continuó con el brassier...

Eri: ¡Mamá...! ¿Me puedes ayudar...?

Sra. Wilson: Te tardaste demasiado Eri

A la jovén inexperta no le quedo de otra mas que pedir ayuda a su madre para abrochar el sujetador, la cuál lo hizo fácilmente y le enseño unos cuantos tips para abrocharlos. 

Seguido de eso le pasó un pantalón junto con una camisa de resaque, la sra. Wilson sabía que su nueva hija estaba pasando por un difícil proceso de aceptación por lo que no la obligaría a usar prendas tan femeninas... No aún, esperaría a que ella quisiera hacerlo por su voluntad. Horas después de buscar y probar ropa pasaron a la caja registradora llevando un carrito lleno de ropa.

Eri: Mamá... ¿Estás segura que de puedes comprar todo esto...? Ya sabes, no somos una familia de tanto dinero

Sra. Wilson: Oh no te preocupes hija, los gastos los cubre el hospital como parte de su investigación sobre los efectos de las nanomáquinas en los sujetos de prueba

Con las compras hechas, madre e hija subieron al auto. Algo que Eri notó en el camino es que se sentía más cómoda con sus nuevas ropas, el dolor en sus hombros había disminuido, lo mismo con la irritación, aún así no podía evitar sentirse avergonzada por usar tales prendas, so hombría no permitía aceptarlo del todo.

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Sra. Wilson: Bueno Eri, ahora cuentas con ropa para la universidad

Eri: ¡¿U-Universidad?! ¿Pero que hay de la prepa?

Sra Wilson: Eri... Pasaste en cama el último semestre de la preparatoria... Por suerte el hospital se encargó de todos los trámites, tienes tu certificado en la carretera técnica de contaduría, pero lo que quieras elegir ahora depende totalmente de ti

Eri estaba impactada, su último año de preparatoria se había ido rápidamente, originalmente había planeado ese tiempo para pensar que hacer con su vida, pero ahora estaba sin planes, no sabía que estudiar ni que universidad elegir.

Eri: ... ¿Puedo tomarme un tiempo para pensarlo?

Sra. Wilson: Claro que puedes Eri, pero no lo pienses demasiado, las inscripciones están a la vuelta de la esquina

Era como su madre decía, faltaba un mes para que las universidades abrieran las solicitudes de inscripción. Cómo si no fuera suficiente enfrentar su nueva realidad como mujer ahora tenía el problema de escoger su carrera universitaria.

Eri: ¿Puedo ir a la biblioteca?

Su madre solo respondió con la mirada, uno de los lugares que disfrutaba Eri en su antigua vida era la biblioteca, era un lugar silencioso y lleno de libros interesantes, aunque también solía visitarlo cuando se sentía preocupado por algo, era un dato que la sra. Wilson conocía perfectamente de su hija.

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Caminando una cuántas cuadras Eri finalmente llegó a la biblioteca, donde fue recibida Jennifer, una linda chica de su edad... Y su crush...

Jennifer: Buenas tardes y bienvenido a la biblioteca "El poder de los textos"... Oh ¿Eres nueva en el vecindario? Nunca te había visto por aquí

Eri: H-Hola Jennifer, s-sí, s-s-soy nuevo-a, nueva por aquí (decía nerviosa)

Jennifer: Ah... ¿Puedo preguntar cómo sabes mi nombre...?

Eri: Ah ja... Ja... Uno de los chicos me dijo tu nombre mientras preguntaba por este lugar, supuse que eras tú (todavía nerviosa)

Jenniffer: Ya veo, bueno, bienvenida, siéntete libre de preguntar por cualquier libro, las únicas reglas son guardar silencio y respetar los libros

Eri: Sí, muchas gracias

Eri no solo iba a la biblioteca para pasar el rato, también lo hacía por Jennifer, la conocía desde la secundaria, su abuela era dueña de la biblioteca pero la edad no le permitía trabajar como antes, por lo que dejo a su nieta a cargo. Eri solía hablar o al menos tratar de hablar con ella, pero siempre se ponía nervioso y terminaba quedando como un tonto. Así que al igual que en muchas otras ocasiones dió las gracias y entró rápidamente a leer algo antes de avergonzarse todavía más.

Fue aquí dónde gano consciencia de su nueva altura, trató de agarrar un libro en lo más alto de los estantes, pero ahora no lo alcanzaba, cualquiera que estuviera ahí podría presenciar una linda chica tratando de alcanzar un libro del último estante del librero. Eri ni siquiera sabía de que iba el libro, pero se negaba a rendirse, sentía que sí lo hacía entonces perdería lo poco que le queda de su masculinidad.

Voz masculina: Déjame ayudarte

Eri estaba tan concentrada en alcanzar aquél libro que no se dio cuenta del chico que se paró a ayudarla. Se trataba de un chico alto, de cabello oscuro y ojos café.

Eri: Gracias... Mmmm...

Haytham: Llámame Haytham

Eri: Gracias... Haytham...

Haytham: De nada... Mmm

Eri: Eri... Es mi nombre

Eri estaba sorprendida al ver a Haytham, aunque estaba más nerviosa por la situación en la que se encontraba, había leído ya varias novelas, cómics y mangas para saber que estaba en lo que podría ser el inicio de una comedia romántica.

Haytham: Wow, no sabía que estabas interesada en este tipo de cosas

Dijo Haytham al ver que el libro en su mano se trataba ni más ni menos que de una copia del Kamasutra.

Eri: ¡Ah, no es lo que piensas! ¡Yo sólo lo tomé porque se veía bonito! ¡Un libro de medicina, sí, pensé que era un libro de medicina! (Decía bastante nerviosa)

Haytham: Jaja tranquila, no voy a juzgarte por estar interesada en estás cosas, bien ¿Qué te parece si buscamos unos libros de medicina?

Eri: ¡Sí!

Después de tranquilizarse, cogieron varios libros de medicina de los libreros y se sentaron en una de las mesas, uno en frente del otro.

Haytham: ¿Entonces estudias medicina?

Eri: No, es solo que me pareció interesante, quisas la elija como carrera universitaria

Haytham: Que casualidad, justamente estoy estudiando para entrar en la facultad de medicina

Eri: Jaja ¿Enserio? Entonces quizás seamos compañeros ja

El silencio se apodero nuevamente del lugar ambos se concentraron en su libros de medicina, y entre los múltiples pensamientos que tenía hubo uno que despertó su interés "Si estudio medicina... ¿Podré encontrar la forma de volver a la normalidad?" Con eso en mente decidió su futura carrera, esperando poder volver a su cuerpo original.

El tiempo pasó hasta casi oscurecer, ambos se retiraron de la biblioteca, Haytham se fue caminando mientras que Eri fue recogida por madre, si bien había un poco de luz, A su madre le preocupaba que le sucediera algo en el camino.

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Habían pasado dos semanas, Eri y Haytham se volvieron amigos, ambos tenían mucho en común, les gustaban los libros y los videojuegos, también estaban decididos en estudiar medicina, aunque los motivos eran distintos. Pasaban su tiempo libre en la biblioteca pero no pasaban de eso. 

Por otra parte Eri y Jenniffer también se volvieron amigas, poco a poco Eri perdió el nerviosismo que sentía al estar junto a ella. Toda parecía ir bien en su vida hasta que un día...

Jennifer: Bienvenida Eri, Malas noticias, Haytham no vendrá hoy, surgió un asunto en casa

Eri: Que mal, espero este bien

Jennifer: Eri... Mmm... ¿Puedo pedirte algo?

Eri: No hay problema, después de todo somos amigas

Jennifer: Bien... ¿Puedes acompañarme al almacén? Hay unas cajas que ocupo mover

Eri: Cuenta conmigo

Y así Eri siguió a Jennifer al almacén, sin saber que le esperaba...

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