Tg October - Deseo

Esta historia empieza con dos jóvenes: Erik y Daniel. Siendo regañados por su madre, Paola, mientras son retenidos en la estación de policía de la ciudad por ser atrapados en pleno robo a una tienda de autoservicio.

¡¿Pero que diablos pasa con ustedes?! ¡Siempre es lo mismo con sus estupideces! ¡¿Es que no se cansan de estár causando problemas?! -gritaba la madre de ambos delincuentes furiosa-

Ya mamá, tranquilizate, no somos estúpidos, ya veras que en unos momentos nos van a soltar -decía Daniel con mucha confianza- 

¡Cállate! ¡Me he matado trabajando para que a ustedes no les falte nada solo pagan con sus estupideces! ¡Desearía haber tenido un par de niñas en lugar de un par de pendejos alcohólicos y drogadictos! ¡Apuesto que así serían más responsable y tendrían un mejor futuro! -seguía regañando furiosamente a su hijos-

Señora... Su hijos quedan libres de cargos -dijo el guardia que recién iba llegando-

Te lo dije -respondió Daniel-

Resulta ser que el arma era falsa, además ee que no tomaron ningún billete, le pidieron al cajero que llenara la mochila con billetes de monopoly que ellos mismos traían, no es la primera vez que son traídos aquí por este tipo de "bromas" si es que se le puede llamar así... -explicó el guardia-

Con eso dicho ambos fueron liberados de la celda en la que estaban, Paola solo los llevó a casa sin decir ni una sola palabra, ya estaba en su límite, ya no podía soportar más las acciones de sus hijos, y creyendo que el día no podía empeorar se llevó otra sorpresa al llegar a casa, había una camioneta negra esperándolos en su casa. Paola no podía estar más asustada, pensaba que sus hijos se metieron en peores problemas que que la ley, no pudo evitar quedar paralizada del miedo, sobre todo cuando vio bajarse al dueño de aquella camioneta y caminar en su dirección para después de tocar la la ventana de los asientos de uno de sus hijos.

*Sonidos de ventana de auto siendo abierta*

Ah, cachorro Alfa, bien hecho, tu distracción en la tienda de autoservicio fue perfecta, nos dió tiempo suficiente para escapar sin problemas, toma, aquí esta su parte -decía el hombre tranquilamente mientras entregaba una bolsa con una buena cantidad de billetes-

Después de eso el hombre regreso a la camioneta y se fue, al poco rato Paola bajo del auto sin decir ni una palabra, rápidamente entró a su casa y se encerró en su habitación, estaba totalmente devastada, sus hijos tenían relación con el crimen organizado, no sabía que hizo mal ni en que momento se equivocó, no quería ni verlos, lo único que podía hacer era estallar en llanto por la gran carga emocional que sus hijos le habían causado.

A pesar de que Erik y Daniel podían escucharla llorar, la ignoraron, tenían que contar la paga obtenida del golpe maestro.

El día siguió su curso hasta caer la noche, ya cansados todos, se fueron a dormir sin esperar lo que vendría.

------------------------------------------------------------

Bro, despierta ¡Bro! -decía Daniel sacudiendo a su hermano-

Mmm ¿Que sucede Dany? Déjame dormir cinco minutos más... -respondió Erik somnoliento-

Bien, si te vas a poner así... Entonces no me queda de otra -dijo Daniel-

Daniel comenzó a meterse entre las sábanas de la cama de Erik y bajo sus shorts junto con sus boxers, Erik bajo los estados del sueño lo ignoro, hasta que...

¡Ah! ¡Oye! ¿Qué crees...? ¡Mi voz! -Grito Erik aturdido después de sentir la lengua de Daniel lamiendo su entrepierna-

No solo se dió cuenta de su voz sino que también poseía un par de tetas en su pecho.

Tienes un buen sabor bro ¿O debería decir, sis? -dijo Daniel después de ver la reacción de Erik-

¡¿Q-Quién eres?! -preguntaba Erik a la mujer que estaba lamiendo su entrepierna-

-Tonto... Tonta, soy yo, tu hermano Dany... O bueno, tu hermana -respondió Daniel-

¡Ah! ¡¿Daniel, eres tú?! Preguntaba Erik a la mujer que decía ser su hermano-

Ya no soy Daniel, puedes decirme Daniela, o Dany cualquiera es bueno -Respondió Daniela-

¿C-Cómo es que puedes aceptar esto tan rápido? -pregunto Erik-

Bueno, al principio también estaba asustado, que diga, asustada, pero luego lo vi como una buena oportunidad, piénsalo, ahora somos mujeres, somos preciosas podemos tener a los hombres a nuestra voluntad, podemos llegar tan lejos como nosotras queramos -explicó Daniela-

¡Me niego, no quiero ser una mujer! Además ¿Qué dirá mamá? -dijo Erik-

Ah, ella se fue, quien sabe a donde, se cansó de nuestra mala conducta, dijo que eramos libres de hacer lo que quisiéramos que ya no importaba, tomo muchas de sus cosas y se fue y bueno, aquí estamos -explicó Daniela-

¿Y que haremos ahora? -preguntó Erik-

Bueno, primero iremos por ropa, la que tenemos ya no nos sirve -dijo Daniel-

Pe-pero -decía Erik queriendo renegar-

¡Sin peros, Erika! -interrumpió Daniela pronunciando el nuevo nombre de Erik-

Erik guardo silencio y obedeció a su nueva hermana, Era el tipo de relación que tenían, si bien antes del cambio Erik era el músculo, Nunca desobedeció a Daniel, que era el cerebro, fue algo que aprendió por las malas, desde entonces le teme y a pesar de superarlo en fuerza, no tiene el valor para ir en su contra.

Después de arreglarse con las prendas de su madre fueron al centro comercial a buscar ropa para sus nuevas figuras...

Oye... B-Sis... ¿En serio tengo que usar esto? -preguntaba Erika avergonzada por el vestido que estaba usando-

Claro que sí, tenemos una figura bastante sexi, tenemos que lucirla bien sis, mira yo también me puso algo sexi ¿Cómo se me ve? -preguntaba Daniela mostrando su nueva ropa-

... Se te ve bien... Creo... -respondió Erika con un rostro enrojecido por la vergüenza-

¿Solo bien? Vamos sis ¿Acaso no te dan ganas de darme unas nalgadas, quitarme el vestido y lamer mis tetas? -preguntaba Daniela con un tono algo seductor-

No hubo respuesta por parte de Erika, Daniela no insistió más, ya tenían lo que buscaban, ropa para sus cuerpos, compraron bastante ya que el dinero no era un problema, después fueron a con otro de sus contactos para conseguir algo todavía mas importante: papeles.

Bien, quédate aquí, espero no tardar mucho -dijo Daniela-

Erika solo pudo asentir mientras esperaba afuera del edificio. Viendo que su hermana tardaba saco su celular y se puso a jugar uno de los tantos juegos que este tenía.

Cuando se dió cuenta ya había pasado una hora, y preocupada por su hermana quiso entrar a ver que pasaba pero en el momento que iba a tocar la puerta esta salió con una carpeta en mano, despeinada, con la ropa desarreglada, cojeando y con un poco de extraño líquido blanco en una de sus mejillas...

Sis... Tú... -quería preguntar Erika-

No digas nada... Ahora préstame tu hombro... Es difícil caminar... -Dijo Daniela con un tono serio-

A pesar de no haber dicho nada, sabía que era aquella sustancia, especialmente porque al tener cerca a su hermana, el fuerte olor que esta desprendía la delataba, era semen. Erika sabía que esa carpeta no fue gratis, pero también no podía creer lo que su hermana había hecho.

Ahora con papeles y ropa solo les faltaba decidir el rumbo de sus nievas vidas, pero esa es otra historia...

Aquí M, otra historia algo corta... Pero que tendrá continuación... Honestamente este día ha sido el más difícil por el momento, esta historia es la tercera versión que tengo de la palabra, las otras dos quedaron descartadas debido a que me bloqueaba y en lugar de saber cómo continuar me venía a la cabeza una nueva historia relacionada a dicha palabra. Eso de escribir una historia por día esta cabrón, mis respetos a Karina y a Jessica por ser constantes con esto.

Comentarios

Publicar un comentario