El cambio de sexo del detective ~ Seishiro Kujo queda atrapado como una mujer madura ~ Capítulo 1

No, no he olvidado la traducción de novelas... Solo que no esperaba que fuera tan difícil traducir del japonés... Usar traductor google fue más allá de lo esperado, lo único que podía pensar era "M, En que chingados te metiste?!" Pero tan solo unas semanas después haber empezado apareció alguien dispuesto a apoyarme, así que agradezco al scan Biblioteca Hentai por su asistencia (si tienen tiempo y buscan variar visiten su blog, puede que encuentren algo de su gusto), rápidamente terminó la traducción del capitulo 1, y si se preguntan "Oye M ¿Entonces que vas a hacer tu?" bueno, yo me encargare de la edición y publicación de la versión final, también colaboraré con el scan para la traducción de novelas propuestas por el, supongo que seria todo lo que tengo que decir, Espero disfruten del primer capítulo es esta novela.

No olviden que pueden apoyar al autor comprándola en DLsite


Presentación de los personajes

Kujo Seishiro ⇒ Himekawa Shinobu

Es un detective de 27 años. No tiene mucha experiencia de campo ni mucho criterio ni imaginación. Tampoco posee demasiada fuerza bruta ni un cuerpo muy grande pero es alguien justo. Para vengar la muerte de su Senpai al que apreciaba intercambia de cuerpo de forma consentida Himekawa Shinobu, una mujer de cabaret. Pero el propio cuerpazo es una terrible trampa y Seishiro es corrompido sin piedad hasta convertirse en una esclava sexual en el cuerpo de Shinobu.

Himekawa Shinobu ⇒ Kujo Seishiro

Es una prostituta de cabaret de 38 años. Pese a su avanzada edad para servir en un cabaret se mantiene muy bien formada poseyendo unas tetas enormes como sus armas principales. Es la número uno en el lugar pues todos quieren ser atendidos por ella. Pero en realidad ya está harta de su cuerpo excesivamente bello planeando empezar una nueva vida al intercambiar de cuerpo con Seishiro.

Capítulo 1 

Kujo Seishiro es un japonés de 27 años, de profesión es policía. Su rango es el de detective. Es un buen tipo y él mismo cree serlo... pero llegó la hora de demostrárselo a sus jefes y demás superiores. Es decir, hasta ahora demostró ser un hombre íntegro. Tiene una buena ética de trabajo y se formó en judo y karate. Y claro está también es un experto en kendo. Pero pese a todo...

Shinobu: ¿Estás bien, Seishiro-San? ¿Te duele algo?

El hombre grandote frente a mí inclina la cabeza. Tiene una gruesa placa en el pecho y piernas largas. Su físico se adaptaría a una armadura. Es pelinegro cortado casi al ras y por su cara parecía más joven que su edad real. Y no es broma porque por su cara más que juvenil casi parece un universitario y cuando sonríe sus ojos no son muy nítidos y hasta enturbian el ambiente. Parecía por su aspecto que se cuidaba mucho frente al espejo... o esto le habría parecido a otros. 

Notándose un poco hastiado miró para arriba hacia el hombre. Le gustaría que la razón de su subestimación fuera algo que pudiera modificar... pero su cara lo acompaña desde que nació...

Seishiro: Ah, estoy bien. Bueno... la verdad es que estos zapatos de tacón son muy molestos para caminar... Hasta me hacen doler...

Le dolían los talones y un gran peso le oprimía por los hombros. Dejó escapar un suspiro de decepción. Pero enseguida... un violento escalofrío le recorrió todo el cuerpo... E intentó no caerse por caminar mal con los tacones... Ahora un dolor en su región lumbar empezó a azotarlo.

Seishiro: ¡Mmm...!

Entonces la fuente de la vibración, sus tetas enormes, seguían ondulándose. Cada vez más un molesto peso le molestaba en los hombros por esos grandes trozos de grasa...

Shinobu: ¿Es por mis tetas... que son... demasiado grandes...?

Era un milagro... o una broma del destino... Se trataba de que Shinobu poseía unas tetas enormes. Las tetas del tamaño de unas sandías que no deberían haber sido un problema para Seishiro que fue un hombre desde su nacimiento rebotaban con fuerza y ejercían mucha presión sobre su ahora delgado cuerpo.

Shinobu: Bueno, vamos a descansar en esa tienda, ¿ok?

Seishiro: Sí, disculpa... En serio te lo agradezco...

Seishiro inclinó la cabeza agradeciéndole así al hombre que tenía a su lado. El desconocido peso de las tetas se le hacía muy pesado sobre los hombros y la espalda. Y el aroma de una mujer adulta le hace cosquillas en las fosas nasales. No es de extrañar porque ahora Seishiro estaba en el cuerpo de una mujer con un cuerpo infernalmente bello.

Seishiro: Por favor no te preocupes. Sólo necesito descansar un poco... ¿Pero y ahora qué hacemos...?

Shinobu: ¿Eh...? Ah, bueno... yo...

Seishiro: Je je je, no te preocupes tanto que nos separan más de 10 años... Además mi fuerza física es diferente porque ahora soy una mujer...

Shinobu: ¡Ja ja ja! ¡Ya veo! ¡Sí, tienes razón!

Por un momento la sonrisa de Seishiro fue de decepción.

Seishiro: (¡A pesar de la diferencia de edad tendría que tener cuidado con el acoso sexual de su parte, ¿no!?).

Supuso que se refería a sus tetas tremendamente enormes. Seishiro empezó a transpirar frío y se le notaba en la frente.

Shinobu: Bueno, ¿pero de verdad quieres que esas tetas se te muevan tanto?

Seishiro: ¿¡Eh...!? ¡No! ¡Nada que ver! ¡Te equivocas!

Dio en el clavo. Seishiro entonces se puso colorado y se puso a buscar una excusa. Como ya era normal sus tetas enormes no pudieron evitar rebotar alborozadas.

Shinobu: No te preocupes tanto... sólo pasa que... mis tetas son demasiado enormes...

Seishiro: ¡No hace falta que te disculpes...!

Los cachetes de Seishiro se ponen colorados como los de un nene. Al final sabe lo que tiene que hacer pero no precisamente cómo hacerlo.

Pero este que tiene ahora es el cuerpo de una mujer bella que tendría que atraer a los hombres. Pero al pensar en eso el corazón le late a mil... El tacto de unos músculos fuertes... El olor del sudor de un hombre... le producían un extraño cosquilleo en el bajo vientre.

Shinobu: Eeeh... ¿Ya todo está bien?

Seishiro trató de irse enseguida pero algo lo retuvo al final.

Seishiro: ¿Eh...?

Shinobu: Parece que ya volvimos a la normalidad, ¿no?

Al fin había llegado la hora indicada: el espíritu de Seishiro se había liberado de su cuerpo temporal volviendo a su verdadero cuerpo.

Shinobu: Es una lástima... Me hubiera gustado ver más de tus reacciones tan tiernas en mi propio cuerpo.

La conciencia que había ocupado el otro cuerpo también volvió al suyo propio momentos después.

Himekawa Shinobu, es una prostituta de cabaret de 38 años. Su belleza y maquillaje la hacían parecer una hermosura de veinte y pocos años. Lo que es difícil de describir son sus tetas excesivamente hermosas. Shinobu creció sin cirugías ni incrementos de pecho ni nunca usó suplementos. Y sus tetas tienen una increíble copa O. Y no es exagerado decir que sus tetas pesan más de 10 kilos.

Seishiro: (Jaaah, lo suponía... Esas tetas me estaban destrozando la columna...).

El cuerpo de Shinobu es el de una mujer madura demasiado sensual... Sí, el joven detective y la mujer de cabaret recién habían terminado de intercambiar sus cuerpos.

Seishiro: Es muy diferente... sólo porque no tengo esas tetas... Mmm... ¿estoy más cansado... por haber tenido una edad diferente...? ¡Uff...!

Seishiro no puede terminar de alegrarse de verse libre de portar con las tetas anormalmente desarrolladas de Shinobu.

Y al mismo tiempo endureció su cuerpo al notar esas enormes bolas de grasa presionar contra su cuerpo verdadero.

Seishiro: (¡¡Ya me suponía que sus tetas son tremendas...!!).

Inconcientemente la sostiene con sus brazos. Para acostumbrarse lo más posible a este intercambio físico estuvieron recorriendo partes de la ciudad con la forma del otro.

Shinobu está vestida con ropa normal la cual es bastante diferente a la que suele emplear en su trabajo nocturno. Se trata de una combinación menos reveladora con un abrigo común y unos calcetines largos que le llegan hasta los muslos.

Esta es una buena manera de aprovechar al máximo las vacaciones de Shinobu.

Shinibu: Esteee... Seishiro, ¿por cuánto tiempo más me vas a seguir abrazando...?

Seishiro: ¿Eh...? ¡Ah, discúlpame!

Sí, Seishiro la sostenía en un fuerte abrazo como si fueran novios.

Shinobu: Dios, llevamos como un mes intercambiando cuerpos así que ya tendrías que estar más acostumbrado, ¿no? 

Seishuro: Sí, disculpa... Pero es sólo que me sigue dando vergüenza...

Shinobu: Bueno, está bien... Descansemos y sigamos hablando del plan, ¿ok?

Seishiro: Sí, sí, tienes razón, Shinobu-San... (No tengo que ser lujurioso... Shinobu es sólo una colaboradora... Sí, sólo es eso para mí... ¡Uh, no presiones esas tetas contra mí..!).

Shinobu por supuesto seguía abrazando a Seishiro y por consiguiente este último notaba esas enormemente desarrolladas tetas copa O. Seishiro se notaba como si fuera un jovencito virgen frente a esta gran belleza.


----------------------------------------


Esa misma noche...

Seishiro: ¡Uaaah...!

Seishirou gritó sorprendido ya que en el espejo vio su reflejo como la mujer madura que acababa de conocer, Himekawa Shinobu.

Por supuesto no puede ser. Sólo hacía dos horas que sus cuerpos habían sido intercambiados de vuelta a sus originales. El reflejo en el espejo es el cuerpo de un hombre fuerte que está a punto de ducharse.

Pero aunque sea por un momento la imaginó desnuda. Ese era el mayor problema de Seishiro de momento: no poder acostumbrarse al intercambio aún.

Seishiro: Bueno, bueno, tengo que estar preparado...

Dejó escapar un suspiro y pensó en el plan que tenía desde hace como un mes: ¡Voy a usar el cuerpo de Shinobu... para acercarme a ese hombre y conseguir pruebas de sus crímenes! Sé que es ridículo incluso para mí pero es la única manera de lograrlo... Es una estrategía que puede estar repleta de fallas... y aunque fuera la amante de Aoshima no hay ninguna garantía de que funcionara...

Seishiro: (Esto es algo que yo mismo planee pero noto que no me queda de otra...).

¿Cómo es que un detective y una mujer de cabaret terminaron involucrados juntos en una investigación con un procedimiento tan extraño...?

Todo empezó en el bar en el que trabajaba Shinobu y todo esto fue propuesta del dueño del bar...

Dueño: ¿Por qué no intercambian sus cuerpos?

Se trataba de un bar sin gente pero no estaba sucio ni mucho menos sino que era hasta elegante. Es un lugar tan bonito que aunque no conocieras a Himekawa Shinobu igual querrías entrar al sitio. Pero por alguna razón había muy pocos clientes.

A pesar de ser la noche más concurrida del año Seishiro y Shinobu son los únicos clientes y el único empleado es un joven de cara bonita. 

El dueño que había escuchado la conversación entre ellos se les acercó sugeriendo lo anteriormente dicho:

Seishiro: ¿Cómo dice sobre lo de intercambiar cuerpos...?

En medio del intento de persuadir a Shinobu que se niega obstinadamente a cooperar Seishirou pregunta atónito con la boca abierta.

Pero lo que parece una broma resulta ser de interés para la mujer madura, Himekawa Shinobu, que lleva un vergonzoso vestido.

Shinobu: Sí, esa me parece una muy buena idea. Seishiro podría ser capaz de usar mi cuerpo para investigar a Aoshima.

Por sus expresiones, aunque a ambos les parecía algo disparatado, lo estaban considerando con algo de seriedad.

Seishiro: (¿El dueño lo dirá en joda? ¿Y Shinobu-San estará borracha...?).

El detective los miró como si hubieran perdido la cordura pero Shinobu por alguna razón parecía decidida a hacerlo...

Shinobu: ¿Y bien? ¿Por qué te opones? ¿Acaso me quieres proteger de algún peligro...?

Seishiro: No, yo ni insinué nada de eso...

Sus enormes tetas que parecían dos sandías juntas ondulaban salvajemente y su voz sonaba como alguien con mucha codicia. Aunque había estado ya con varias otras mujeres Shinobu era la primera para él que era tan hermosa y sensual.

Seishiro: (Qué increíble belleza. Ya veo por qué Aoshima está obsesionado con esta mina...).

A pesar de sus 38 años sigue siendo la mujer de cabaret número 1 en un club de cabaret de buena categoría. Seishiro se nota nervioso al ser observado por una mujer de figura glamorosa y de cara preciosa. Es una mujer muy madura. El yakuza mujeriego nunca la pasaría de alto.

Aoshima empleó todos los medios a su alcance para volverla su amante predilecta. Y es justamente por eso que sólo una mujer madura es capaz de bajar las defensas de un tipo normalmente tan desconfiado como astuto como él.

Shinobu: Yo también quiero ayudar. Ni siquiera me gusta ese tipejo de Aoshima pero me obligó a volverme su amante... y me trata como a su esclava...

Mientras decía todo esto de forma algo airada sus tetas rebotaban de arriba a abajo con fuerza. Seishiro normalmente habría sido capaz de captar algunas sutilezas del discurso de Shinobu pero la presencia atractiva de la mujer madura lo tenía algo alborozado.

Seishiro: ¿Shinobu-San...?

Shinobu: Pero si Aoshima descubre que ayudo a un detective no sé qué sería capaz de hacer... No podrías ser capaz de vigilarme las 24 horas, ¿verdad?

Seishiro: Aunque eso sea cierto...

Shinobu: Señor detective, te voy a prestar mi cuerpo para que investigues a Aoshima... Creo que eres de confiar...

Seishiro: ¿Pero dejar que Shinobu y yo intercambiemos cuerpos no sería un poco como mucho...?

Una voz dulce y hermosa como la de la prostituta Shinobu que invita a los hombres a su cama le empieza a hacer hervir la sangre a Seishiro.

Seishiro, que había llegado hasta acá con una voluntad férrea se ahogó en los encantos de Shinobu.

Seishiro: (Ese asqueroso de Aoshima está violando a una mujer tan hermosa y erótica... ¡La está volviendo su esclava sexual...!).

La ira del detective contra el yakuza aumenta en su corazón pero no por justicia sino por meros celos. Los sentimientos viscerales de Aoshima por Himekawa Shinobu, la mujer que podría arruinarlo, arden en su corazón como una gran llama.

Shinobu: Al menos intentémoslo. Si no funciona dejaré de molestarte... Por favor, ¿sí, Seishiro-San?

La dulce voz embriaga a Seishiro como el alcohol. Es una mujer madura que oprime sus tetas demasiado desarrolladas contra el cuerpo del hombre agarrándole la mano con su suave palma y frotándole suave y ligeramente su suave cachete contra su duro pecho. Sin darse cuenta Seishiro asintió.

Seishiro: Me alegro de que por fin colabores... y no es que vayamos a cambiar de cuerpo por medio de cirugía... No es que vaya a ocurrir de una forma grotesca...

El dueño del bar les enseñó cómo proceder para que la maldición de intercambio de cuerpos funcionara. Y los resultados fueron satisfactorios...

Seishiro: Uah, ¿esto es real...?

Shinobu: Uau, de verdad funcionó... Esto es increíble...

Luego...

Seishiro y Shinobu habían cambiado de cuerpos de forma espectacular. Los acontecimientos irreales que habían ocurridos durante el último mes habían dejado su profunda huella en el alma de Seishiro que correaba semen por el pito erecto ante el recuero de Himekawa Shinobu.

Seishiro: ¡Uff, qué mal...! ¡Aunque no debería estar haciendo algo así...!

Al final Seishiro se vio casi obligado ante la insistencia de Shinobu a intercambiar cuerpos para investigar al yakuza...

Seishiro: (Entiendo que Aoshima le dé bastante miedo a Shinobu pero...).

Aunque no se encuentran pruebas se cree que Aoshima está involucrado en causas de múltiples asesinatos... y uno de los asesinados es el detective Kimura, el senpai de Seishiro cuando se enroló en la policía.

Un hombre que se atreve a ser tan despiadado como para matar a un detective... ¿pero tendré que entregar mi cuerpo prestado para hallar pruebas de sus crímenes? Qué investigación de mierda...

Si él pudiera no querría cambiar de cuerpo... porque cada vez que su espíritu entra en Shinobu es demasiado excitante para el joven detective... 

La sensación de aquel hermoso y glamoroso cuerpo está grabado en su alma...

Seishiro: (Últimamente estuve pensando sólo en Shinobu cuando me masturbo... y casi siempre desde su punto de vista...).

Sin la ayuda de Shinobu la investigación no avanzaría así que en definitiva no le queda otra...

Seishiro: (Yo mismo comprobaré la culpabilidad de Aoshima que asesinó a Kimura-San. No me rendiré por nada del mundo).

Impulsado por el sentido del deber y del valor la voluntad y sentimientos de Seishiro se disparan. Pero aunque fue destituido del caso del asesinato de Kimura pues ahora Seishirio investiga por su entera cuenta... Aunque nunca pensó en que podría descubrir a Aoshima por medio de una de sus amantes.

Es casi el aniversario de la muerte de Kimura y Seishiro jura detener a Aoshima muy cerca de aquella fecha. Además también hace casi un año que falleció su padre y por el momento Seishiro goza de una considerable fortuna en cuanto a dinero. Ya empieza el momento de poner en marcha el plan.

Seishiro: (Si lo que dice Shinobu es cierto... ¡lo voy a arrestar! ¡Tengo que hacerlo!).

Seishiro sale de la tina, se limpia la suciedad de la masturbación. Se peina su cabello negro y revisa la información que le proporcionó Shinobu.

En primer lugar Aoshima estará fuera del país por una semana. En ese lapso registrará su casa y si no halla pruebas concluyentes se acercará al mismo Aoshima como Shinobu.

Sería un golpe decisivo contra el yakuza para vengar al Senpai Kimura. Y además esto seriviría para no prolongar de más la extraña relación de intercambio de cuerpos con Shinobu.

Seishiro: (¡Aoshima, definitivamente te voy mandar derecho a la cárcel!).

El detective Seishiro envía un nuevo mensaje de correo electrónico a Shinobu para ejecutar su plan.


----------------------------------------


Shinobu: Discúlpa que no esté muy presentable ahora mismo.

Mencionó Himekawa Shinobu que le abrió la puerta y le sonrió con audacia a Seishiro.

Seishiro: ¡No pasa nada malo...!

Ambos están ya en un club nocturno. Y debe haber estado trabajando como chica de cabaret a la noche. Lo invita a pasar.

Ella usa un vestido rojizo que resalta sus tetas más de lo normal. Los abrumadores e increíblemente... tetas tan enormes como obscenas.

Sólo de pensar que ese cuerpazo formaría parte de él durante una semana lo hizo estremecer. Y entonces notó que su corazón se aceleraba...

Seishiro: (¡Uuuh, no tengo que perder de vista mi objetivo!).

En contraste con la ansiedad y el asco de tener un cuerpo del sexo opuesto (el cuerpo femenino de otra persona) una curiosidad perversa por eso mismo le inquieta sobremanera.

Con unas sacudidas de cabeza hace desvanecer de momento esa sensación de su mente.

Shinobu: ¿Seishiro-San...? ¿Estás bien o no pudiste descansar mucho a causa de tu trabajo...?

Seishiro: ¡Discúlpame! ¡Sólo estaba pensando en algo que no debía...!

Al fin y al cabo esta vida de intercambios es perjudicial... pero es por su responsabilidad de detective y por vengar a su Senpai. Pero notó que se estaba saliendo de control por estar en presencia de Shinobu y de que pronto volvería a estar en su cuerpo.

Tiene miedo de despertarse con alguien al que no quiere a su lado... y también tiene miedo de sí mismo...

Seishiro: Shinobu-San, te lo vuelvo a preguntar... ¿Estás segura de que quieres ayudarme con esta misión...?

Shinobu: Sí, confío en ti, Seishiro-San. Entonces empecemos, ¿no...?

Seishiro: Bien, entonces por favor empecemos...

Y otra vez intercambiaron de cuerpo entre sí tras haber apretado con fuerza la mano izquierda del otro.

La mano derecha de Shinobu se posó sobre el pecho de Seishiro y este último hizo lo mismo llevando su mano al pecho de Shinobu.

Su latido se transmite a Shinobu y la suavidad de sus tetas vuelve a los nervios de Seishiro.

Seishiro: (Ah, qué grandes y suaves... No, no debo dejar que mi corazón me nuble la mente... ¡De ninguna manera!).

Pero lo cierto es que la sexualidad masculina de Seishiro está a merced de las tetazas de Shinobu.

Seishiro: Towawa Kururu Pari...

Shinobu: Ripa Ruruku Wawato...

Primero el hombre recita el hechizo y la mujer lo dice en el orden inverso. Repitiendo esto doce veces la maldición del intercambio estará finalizada.

Seishiro: Al principio cometí unos errores en el rezo pero luego le agarré la mano... Supongo que sigo sin acostumbrarme...

El dueño les informó de que una vez que hayan dominado este ritual luego podrán cambiar de cuerpos a voluntad. La vuelta a la normalidad si bien no es automática sí que los usuarios pueden decidir libremente el momento del cambio.

Seishiro: (Uh, vaya... es una rareza que se pueda intercambiar de conciencia con otros cuerpos humanos... y a este ritmo...).

Seishiro piensa en muchas cosas durante el rito. Y por un momento toda su conciencia fue arrancada de su cuerpo perdiendo toda sensibilidad en el mismo.

Seishiro: (¿¡Uaaah...!?).

Seishiro nota el dulce aroma de una mujer madura al tiempo en que la abrumadora masa de grasa almacenada en sus tetas rebotaba.

Seishiro: Fue de nuevo un éxito, ¿eh?

Shinobu: Sí, ya tenemos intercambiados los cuerpos.

Ahora Seishiro tiene la voz suave, dulce y hermosa de una belleza madura que seduce a los hombres. Sus mechones rubios, ondulados y brillantes ondulan sobre su cabeza haciéndole cosquillas en los hombros desnudos.

Seishiro: (Uuuh, todavía sigo sin creerlo... Ahora soy Shinobu... No me puedo resistir... Tiene un cuerpazo muy erótico...).

Se altera como un púber tocándose el cachete. Seishiro tiñó los cachetes de Himekawa Shinobu con un rubor mientras recorría con sus finos dedos por todo su cuerpo. Hasta el más mínimo movimiento de su cuerpo hacen que sus tetas se agiten con violencia.

Aunque ya se lo veía venir le volvió a resultar chocante el estar en un cuerpo ajeno de mujer. Con el peso de las tetas de más de 10 kilos era difícil mantener el centro de gravedad para Seishiro.

Shinobu: Dios, Seishiro-San... cálmate un poco que te estoy viendo...

Shinobu se ríe ante lo ridículo de la situación. Por sus gestos y postura ella parecía muy masculina.

Seishiro: Bueno, es que...

Los cachetes de Seishirou se enrojecen mientras se avergüenza cada vez más cuando la verdadera Shinobu que finge orgullosamente ser un hombre se ríe de él mientras Seishiro juega con el cuerpo de una belleza madura.

Seishiro: (¡Tengo que controlarme! ¡Ya tendría que estar bastante acostumbrado al intercambio...!). 

Seishiro sacude la cabeza tratando de controlar su ansiedad pero ese mismo movimiento hacía que sus tetas casi se salieran del escote del vestido que usaba.

Seishiro: (Uuuh... Ya lo sabía... El cuerpazo de Shinobu es demasiado erótico...).

Este es al fin y al cabo el cuerpo de una belleza repleto de feromonas femeninas y sería una tontería el no desearlo.

Shinobu: Bueno, vamos rápido... a cumplir con nuestros "votos"... No disponemos de mucho tiempo, ¿verdad?

Seishiro: ¡Sí, así es...!

Hasta antes del cambio Shinobu era la que lideraba de los dos... Un ex detective en el cuerpo de una hermosa mujer mayor es dirigido astutamente por una ex mujer de cabaret en el cuerpo de un hombre más joven. Luego se dieron la mano y ambos deciden las reglas de este intercambio:

  • El intercambio de cuerpos es durante una semana.
  • No hacerle daño al cuerpo del otro.
  • No hacerle daño a terceros.
  • No producir molestias ni actos delictivos con el cuerpo del otro.
  • No hacer algo sexual con el cuerpo del otro.

En verdad las decisiones fueron muy parecidas. Es una maldición útil pero... muy antinatural. 

Al realizar este ritual inmediatamente después de la finalización del intercambio de cuerpos las dos partes pueden vincular sus acciones hasta cierto punto mientras no se termine de establecer el cambio del todo.

Y cualquier accionar que violara las prohibiciones sería detenido por la fuerza.

Pero ciertamente hacían falta estos votos... porque cuando pones tu cuerpo en manos del otro la seguridad es un requisito indispensable.

Es que no debo dejar que abuse de mi cuerpo o de mi posición como detective. Además cuando se recupera la información almacenada en el cerebro no sólo uno nota el cuerpo del otro por medio de telepatía sino que encima...

Aunque los recuerdos del otro no se muestran salvo que la otra persona dé su consentimiento. Es una maldición que permite el intercambio de cuerpos de forma segura.

Seishiro: (¿Pero en serio me pregunto qué será esta sensación tan rara que tengo en el estómago...?).

Empieza a sudar frío. La ansiedad y escalofríos que había sentido durante el último mes se intensificó ahora mismo para Seishiro. Nota que es como caer en una sima sin fondo... Una terrible sensación de presentimiento y de estremecimiento se adueñó de él...

Seishiro: ¡Jaaah...!

Atosigado por esta advertencia de sus sentidos se ahoga en su aliento caliente poniéndose colorado.

Shinobu: Por cierto, Seishiro-San...

Y enseguida, Shinobu, que controla el cuerpo de Seishiro, se acerca al cuerpo de esta indefensa belleza.

Seishiro: (¡Uah, no me sorprendas acercándote demasiado...!).

Shinobu: Supongo que no hay problema con que nos masturbemos... en el cuerpo del otro, ¿verdad...?

Seishiro: ¿¡Eh!? ¿¡Dijiste que si nos podemos... masturbar...!?

Shinobu: No puede ser que no me entiendas... Seishiro, ¿acaso eres virgen para no saber de la masturbación...?

Seishiro: ¡No, no soy virgen! ¡Sólo pasa que me sorprendiste...! ¿¡Dices que a solas nos demos placer en el cuerpo del otro!?

El Seishiro de siempre nunca se asustaría ante una palabra tan obscena pero ahora está en el cuerpo de una belleza llamada Himekawa Shinobu.

Ante la sugerencia muchas emociones se le agolpan a la vez pues la razón y el deseo rivalizan. Seishiro se pone colorado estando bastante confundido.

Así fuera de contexto parecía una mujer madura que se avergonzaba como si fuera una nena.

Shinobu: ¡Claro que sí! ¡A eso se le dice masturbación!

Seishiro: ¡Uaaah...!

Se levanta de un salto haciendo rebotar sus enormes tetas y casi se cae por escuchar las palabras de Shinobu.

Shinobu: Es que es por una semana entera, ¿no? ¡Nuestros cuerpos no resistirán sin masturbarnos por tantos días seguidos!

Seishiro: ¿¡Cómo dices...!?

Shinobu: A mí también me interesa el cómo se masturban los hombres. Quiero experimentar por mí misma cómo es masturbarte con una pija...

Seishiro: ¿¡Pero acaso no sería una sensación demasiado extraña...!?

Su propia figura o su propio cuerpo haciendo algo tan disparado como masturbarse en el cuerpo del otro...

El sólo considerarlo hacía que se le chorreara la parte baja del vientre...

Seishiro: (Uh, no, no, no... ¡Tengo que controlarme...!).

Aunque a él le interesa prefiere no descubrir qué se nota... Hasta ahora nunca tuvo tiempo de explorar a fondo el cuerpo de esta fascinante mujer madura... Aunque ya habían intercambiado cuerpos seguía sin saber mucho de Himewaka Shinobu.

Seishiro: (Bueno, al final sí que quiero saber qué se nota... El cuerpo de mujer de Shinobu es maravilloso...).

Seishiro quería acariciarse en todo el cuerpo de Shinobu pero este deseo a la vez le producía miedo...

El deseo perverso que lo había mantenido en vilo por todos los días pasados volvía ahora con más fuerza que nunca...

Mientras que su razonamiento ya apenas ofrecía resistencia...

Seishiro: (No, no, no... ¡No! ¡No debería... pero...!).

Seishiro se niega ante la idea de masturbarse estando en el cuerpo de Shinobu apartando la mirada de sus inmensas tetas con vergüenza...

No debería darse por vencido ante las palabras dichas por la Shinobu original... pero... De pronto notaba que le tiraban del brazo con fuerza...

Lo llevaron hasta frente a la barra del salón.

Seishiro: ¡Ah...!

Y entonces lo vi con los ojos abiertos de par en par. Se ve en el espejo del otro lado de la barra al cuerpazo lujurioso de Himkawa Shinobu.

Tiene unas tetas copa O, una cintura que ninguna estrella del porno esperaría poder igualar y unos muslos y caderas que se hinchan hasta los bordes.

Esta mujer tenía un aura sórdidamente demoníaca. Las feromonas del cuerpo de Shinobu son tan poderosas que atraerían al instante a cualquier hombre.

Ahora así mismo era el propio Seishiro. Seishiro tiene libertad para hacer lo que le plazca con el cuerpazo carnoso de Shinobu...

¿Y si reescribimos parte de las promesas que acordamos?

Seishiro: (Uff, no, claro que no debería pedírselo...).

Pero se miró de vuelta al espejo y la razón y la inteligencia ya no le sirvieron de nada. Los deseos carnales de Seishiro que estuvieron creciendo en él lo tenían confundido...

Desea frotar estas enormes tetas y llevar la mano hasta la entrepierna de la mujer que ahora era... 

Desea conocer a fondo el cuerpo desnudo de Himekawa Shinobu... Sí, desnudo… Sin nada de ropa normal y menos de los vestidos descarados que usaba las noches de trabajo...

Su deseo de explorar este cuerpo del sexo opuesto creció más allá de su control...

Seishiro: Uff...

Shinobu: Vamos a tener una semana de entera diversión, ¿no? Así que permitámonos explorar el cuerpo del otro por medio de la masturbación, ¿de acuerdo?

Shinobu puso una mano sobre el hombro de Seishiro. Ambos estaban de frente al espejo... pero Seishiro no sabía bien qué pensar de estas sensaciones tan extrañas en su ser...

  • Se cancela la parte del pacto de no hacer algo sexual con el cuerpo del otro.
  • Está permitido masturbarse durante el intercambio.
  • Lo único que está prohibido es el sexo con terceros durante el intercambio.
  • Porque así el trato es más justo, ¿verdad?

Seishiro: (Uah, ¿entonces podría usar su cuerpo como quisiera tocándome a mí mismo...? Tocándome mientras dejo escapar gemidos con su suave y dulce voz... Uuuh...).

Es cierto que después de un tiempo podemos volver a intercambiar cuerpos mediante el mero contacto con la piel del otro pero por primera vez después de tantos intercambios Seishiro se notaba muy nervioso y confundido para con toda la situación.

Shinobu: ¡Yo deseo masturbarme como un hombre! Y tú de seguro que quieres masturbarte con mi cuerpo, ¿verdad? ¡Todo esto no tiene nada de malo! ¡Masturbémonos mientras seamos el otro! Mientras no tengamos sexo con terceros no habrá problema, ¿verdad?

Seishiro: Ah, sí... supongo que no habrá problema...

Desde dentro y desde afuera de sí mismo Shinobu es implacable tratando de convencerlo. Enseguida Seishiro notó que estaba a punto de negarse del todo... pero...

Shinobu: ¿O quisieras tener sexo con otros con mi cuerpo? ¿Quizás querrías tener sexo con el mismo Aoshima?

Seishiro: ¡Ni loco! ¡Ni lo vuelvas a mencionar! ¡Pero bueno, admito que me ilusiona la idea de masturbarme estando en tu cuerpo!

Pero Seishiro dejó de hablar tan airadamente por notar la doble seducción: interior y exterior. La maldita promesa está siendo anulada porque Seishiro no aguanta más con la idea de postergar la masturbación siendo Shinobu.

Seishiro: ¡Uah! ¡Tengo que dejar de tocarme ahí abajo...!

Pero cuando vio que Shinobu lo estaba imitando Seishiro la agarró por los hombros implorando que se detuviera pero cuando posees unas tetas que pesan más de diez kilos toda acción rápida es difícil y te cansas muy pronto.

Seishiro: ¡Qué asco! ¡Esto no es lo que nos prometimos!

Tanto para cumplir como para modificar las promesas ambas partes tienen que estar de acuerdo. Pero cuando aceptó su propuesta de forma poco pensada Seishiro cometió un error que le costaría muy caro. Es el único que no es consciente de ello.

Seishiro: Jaaah... ¡Jaaah...! ¡Uuuh...!

Seishiro balanceaba mucho las tetas y tanto que parecía que el vestido rojo iba a desgarrarse... El peso de las mismas hizo que Seishiro se cansara rápido...

Seishiro: (Jaaah, ya voy a acabar... Uff, qué cuerpo tan suave y erótico... ¡Uff, mierda...!).

Durante una semana tendré que estar infiltrado entre esos yakuzas... La diferencia entre sus sexos y entre sus edades ya hace que Seishiro se note vulnerable.

Shinobu: Bueno, bueno, haz todo lo zarpado que quieras con mi cuerpo salvo tener sexo con otros...

Seishiro: Shinobu-San, por favor no te burles de mí...

Shinobu: Yo creo que es una buena idea pero no quería burlarme de ti... Por favor discúlpame.

Pero parecía que Shinobu en verdad sí que quería burlarse un poco de Seishiro. Todo esto se lo decían cuando tuvieron ambos un orgasmo a medias...

Una vez más Shinobu con las manos puestas sobre los hombros desnudos de Seishiro le comunicó por telepatía diciéndole que se calmase...

Seishiro: (Uh, su sonrisa y tono son amables pero ocultan alguna trama que no sé qué será... Es algo... extraño...).

Sí, era algo más que Seishiro no podía siquiera sospechar... aún...

Shinobu: Bueno, estaremos así por una semana así que procura ser como Himekawa Shinobu, ¿de acuerdo, Seishiro-San?

Seishiro: Sí, por supuesto...

Agarrándose uno de los brazos Seishiro mira con nerviosismo a Shinobu. Seishiro quisiera volver a fin de cuentas a su cuerpo enseguida pero ya no podía pedirle eso a Shinobu, la mujer de cabaret que está retozando con su cuerpo de hombre. 

Y el antiguo deseo de Seishiro se hará realidad aunque de una forma muy diferente al que había previsto.

Es sólo cuestión de tiempo para que se perdiera a sí mismo...

Comentarios

Publicar un comentario