La primer chica en enamorarlo

 

Mario: Pero ¡¿qué diablos?! ¡¿Papá?! ¡¿Qué me hiciste?!

Ignacio: ¡Cállate estúpido mocoso molesto! ¡Toda tu vida no hiciste más que traerme vergüenza y decepción!

Mario: ¡Te dije que mejoraría!

Ignacio: ¡¿Mejorar?! Llamas a conseguir el segundo lugar en todo lo que hacías ¿Mejorar? ¡No me hagas reír!

Mario era hijo de una de las pequeñas grandes familias de la ciudad y al ser el único hombre entre los hijos de Ignacio le fue entregada una gran presión social que lo obligaba a ser el mejor en todo pues eran las exigencias de su estricto padre, sin embargo, por más que se esforzaba Mario solo era capaz de obtener el segundo lugar; Exámenes nacionales, tiro con arco, ajedrez, cualquier cosa que fuera una competencia siempre obtenía el segundo lugar. Esto no hizo mas que avergonzar a su padre quien cansado de que no entendiera solo con palabras aplicaba castigos físicos para sacudir mejor aquella actitud competitiva.

Un día a Ignacio se le presento una oportunidad, una familia que superaba en estatus social a la suya estaba buscando candidatas para el joven heredero de la familia: Kley, un joven apuesto, talentoso e ingenioso de la edad de Mario, no dudo en recomendar a sus hijas, pero él sabía perfectamente que no estaban a la altura, Entonces pensó “que tal si la candidata perfecta no es una mujer” con eso en mente sabía que Mario lograría tal tarea, “pero no era una mujer… aun” con todo lo anterior en mente recomendó a su “hija” “María” y aunque le pidieron una foto él se negó bajo el argumento de que no quería arruinar la sorpresa, al haber tantas candidatas y no mostrar una imagen de su supuesta hija consiguió ser colocado como la última participante por lo que tendría que esperar dos meses para que fuera llamada a una cita con Kley.

Ignacio sabía que era una apuesta arriesgada, perdería al único heredero de su familia, pero su riqueza familiar aumentaría 10 veces si todo salía bien. Tan rápido como terminaron los acuerdos se dirigió a su mansión, busco entre los antiguos escritos de sus familiares pues provenía de un antiguo linaje mágico, esperando encontrar algo que le permitiera cambiar el género de una persona, de alguna manera lo encontró, se trataba de un ritual donde se establecía un contrato con un demonio, este a cambio de su vida le concedería lo imposible… con el trato hecho la vida de Ignacio pertenecía al demonio, esta podría ser tomada en cualquier momento, pero no antes de lograr su cometido.

El demonio se retiró e Ignacio se dirigió con prisa hacia la habitación de Mario solo para encontrar una hermosa joven rubia de perfecta figurar en su cama “Realmente funciono” pensó y sin perder más tiempo saco una correa que había estado usando para los castigos físicos de su hijo para después despertarlo de la mejor manera que sabe hacer, jalándolo del cuello… lo que nos deja en la situación actual.

Ignacio: Escucha atentamente “Mario” a partir de este momento vivirás como “Maria” la más dulce, talentosa e inteligente niña de todas mis hijas, que dentro de dos meses tendrá una cita con el talentoso hijo de una familia más poderosa que la mía, quizá seas la ultima en participar pero serás la primera en conquistarlo, será tu última oportunidad así que no me decepciones o no tendré más remedio que echarte a la calle ¿Entendiste “María”?

Mario/María: ¿Cómo puedes hacerle esto a tu único hijo?

(¡Zas!) Mario recibió una bofetada por parte de su padre, a pesar de estar acostumbrado su nuevo cuerpo era más sensible por lo que sintió un gran dolo en su mejilla mientras dejaba salir unas pocas lágrimas.

Ignacio: ¿Entendido “María”?

María: ¡Si!

Ignacio: ¿sí que?

María: ¡Si papá!

Ignacio: ¿Papá?

María: ¡Si padre!

Ignacio: Bien dicho mi princesita, ahora descansa que mañana empieza tu entrenamiento para convertirte en la mujer ideal de Kley, tenemos dos meses así que el tiempo es oro

Esa noche Mario ahora María lloro como nunca lo había hecho antes…

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Después de aquel arduo entrenamiento María era una completa señorita, aunque tenía varios de los gustos de cuando era hombre, pero lo mantuvo en secreto pues no quería ser golpeado nuevamente por su padre, también conservaba su espirito competitivo, que también era contenido para evitar problemas. Quitando eso todo rastro de Mario se había desvanecido, su forma de hablar, comer, sentarse, gestos, todos habían pasados a ser los de una señorita de clase alta.

Justo ahora está en su cita esperando la llegada de Kley pues de alguna manera no había tenido suerte con las candidatas anteriores. Por mientras muestra una sonrisa fingida en su rostro, realmente no quería estar ahí pero no podía desobedecer las ordenes de su padre, su único consuelo es que no tenía que preocuparse si fracasaba rápidamente pues él se había ido a un viaje de negocios

¿?: Disculpe ¿Es usted la señorita María?

María: Si, Soy la señorita María ¿Puedo saber quién pregunta mi nombre?

Kley: Soy Kley… es un placer conocerla

María: El gusto es mi señor Kley, por favor tome asiento

La cita comenzó sin más preámbulos, ambos pidieron comida, pero charlar fue algo complicado, al parecer ninguno de los dos sabía que decir por lo que el silencio incomodo continuo hasta que…

Kley: Es suficiente, ya tuve suficiente de chicas superficiales que solo salen conmigo porque sus padres lo ordenaron, pagare la cuenta y me iré de aquí

María: Ah ¡Gracias a dios! No pensé que el señor Kley fuera un cobarde temeroso de una chica a la que ni siquiera le ha dado a oportunidad

María había llegado a su límite, por lo que descargo toda furia retenida durante dos meses contra Kley

Kley: ¡¿Cobarde?! ¡¿Me acabas de llamar cobarde?!

María: Si algún problema señor cobarde

Kley: ¡Oh! ¡Perdone usted niña de papi! ¡Tal vez deberías buscar a alguien que tenga el suficiente valor para salir con una tonta como tú!

Splash

María le lanzo un pastelillo del carrito de postres que había en la habitación.

Kley: Con que así quieres jugar

Kley también respondió agarrando comida de los platillos ordenados y lanzándolos a María, después de varios minutos el cuarto era un desastre había comida por doquier y tanto María como Kley estaban embarrados de comida por lo que no les quedo más remedio que pedir una habitación con dos baños y ropas preparados para poder ser usados

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María: ¡¿Pero qué diablos?! ¡Todo debe ser obra del estúpido Kley

Pensaba María al ver que después de bañarse solo le habían dejado un babydoll junto con unas pantis negras, aunque también se sorprendió de ver a Kley en unos calzoncillos.

María y Kley: ¡¿P-Por qué vistes así?! ¡No tenía opción fue lo único que dejo el hotel!

Después de dar tal sincronizada respuesta finalmente se calmaron un poco.

Kley: Aquí no va a pasar nada ¡Absolutamente nada!

María: ¡S-Si! Sobre todo, porque dudo que puedas hacer que una chica como yo se pueda acostar contigo

Kley: ¡Jajaja! ¡Solo un tonto querría acostarse con una virgen sin experiencia como tú!

María: ¡Vi-Virgen sin experiencia! ¡Te puedo apostar que te vendrías antes que yo!

Kley: ¡Hagámoslo! ¡Quien se venga primero pierde!

Y entonces empezaron a hacerlo

María: ¡Ahhh!

Kley: ¡Oh! ¿Ya te viniste? ¿Te viniste con solo meterlo? Que patética

María: ¡No idiota! ¡Es mi primera vez! ¡Y duele!

Kley: Tienes que estar bromeando… espera esto es… realmente es tu primera…

María: ¡Es lo que te estoy diciendo! ¡Ah! ¡Se un poco más gentil!

Kley: De acuerdo iré más despacio

María: ¡Eh! ¡No! Si te empiezas a mover me voy a ¡Aahhh!

Kley: Tu realmente….

Jesica: ¡Ca-Callate! Tu… ¡waaaaaaaa!

Kley: ¡¿Eh?! ¡¿Por qué estas llorando?!

María: Desde pequeña -snif- siempre me he esforzado por quedar en primer lugar en todo lo que hago -snif- pero solo termino fracasando -snif- pensé que con esto por primera vez ganaría algo ¡waaaaa!

Kley: Hey tranquila… debe haber algo en lo que puedas ganar…

María: ¡No! -snif- No lo hay

Kley: ¡Claro que si hay algo en lo que ganaste el primer lugar!

María: -snif- ¿En qué?

Kley: En ser la primera chica de la que me enamoro

Inmediatamente después de eso Kley le dio un apasionado beso a María al cual ella comenzó a responder. Por primera vez en toda su vida María experimento una sensación de victoria, sabia que por fin su padre estaría orgulloso de el… o ella… 

María: ¡Ah! ¡Si! ¡Dame más! ¡Hazme tu mujer!

Kley: Será todo un placer

Continuaron haciéndolo toda la noche y después de ese día comenzaron a salir.

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Padre: Señor Kley ¿Acepta a María en las buenas y en las malas, en la salud la enfermedad, en la riqueza y la pobreza hasta que la muerte los separe?

Kley: Acepto

Padre: Señorita María ¿Acepta permanecer al lado del señor Kley y cuidar de el hasta que la muerte los separe?

María: Acepto

Padre: Los declaro marido y mujer, Señor Kley puede besar a la novia

Había pasado un año, Kley y María finalmente se casaron pues aquel amor momentáneo que había surgido se fue fortaleciendo y convirtiendo en amor verdadero con el tiempo, poco a poco Kley se fue enamorando de aquel espíritu competitivo que mostraba María, aunque también adoraba ver como se derrumbaba después de perder en alguna competencia, mientras para María Kley fue la primera persona donde pudo sentir que era amada por alguien que no esperaba nada de ella pues teniendo una vida donde todos esperaban algo de ella conocer este tipo de persona era lo que más deseaba, es una lastima que Ignacio no esté ahí para verlo pues había perdido la vida en un vuelo de avión y aunque María hubiera querido sentirse feliz por la muerte de su padre ella no podía, al contrario estaba devastada y la única persona que pudo consolarla era Kley.

Inmediatamente después de la boda partieron a lo que seria su nuevo hogar, una casa en una playa privada donde aprovechan cada día para hacerlo como si fueran conejos.

María: ¡Esta vez!  ¡Ah!  ¡No voy a perder!

Kley: ¡Jaja! ¡yo tampoco te lo voy a! ¡Oh! ¡Oye eso no se vale! ¡Te pusiste más apretada!

María: ¡Todo se vale! ¡Ah! ¡En la guerra y el amor! Cariño

Kley: ¿Ah si? Entonces yo usare eso

María: ¡Eh! ¡No! ¡Me voy a venir! ¡Aaaahhhhhhh!

Kley: Y con eso quedamos 1,233,501 a 1,233,500

María: Me lash… vash a pagar…

Levantarse, hacerlo, desayunar, hacerlo, comer, hacerlo, cenar, hacerlo e ir a dormir, era la salvaje rutina que tenían cada día y para no perder la chispa les gustaba probar todo tipo de cosas entre ellos dos, fue meses después que María termino embarazada, pero eso no los detuvo de continuar haciéndolo.

María: Hey espérame, sabes que no puedo ir muy rápido por el bebe

Kley: Lo siento cariño, estoy algo emocionado pues creo que es la primera vez que probamos esto

María: Si si, yo también estoy emocionada, recuerda el que se venga primero pierde

Kley: Lo sé, esta vez tu perderás


María: Jaja ya lo veremos

Kley: ¿Qué estás? ¡Oh!  Nunca me canso de tus mamadas

María: ¡Mmm! Ni yo del dulce sabor de tu pene

Y así comenzó otra de las tantas sesiones de sexo de Kley y María

 


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