Atrapado el resto de mi vida en unas aguas termales

Esta es hasta el momento la historia más larga que he escrito, espero sea de su agrado

Mi nombre es Oscar... o solía serlo, todo comenzó cuando viaje a Japón para desahogar mis penas pues mi novia me había cortado, había perdido mi empleo y si no fuera suficiente mi familia había cortado lazos conmigo por un malentendido, no tenia quien me consolara así que gaste todos mis ahorros en este viaje con tal de olvidar mis penas, todo iba bien hasta que me adentre en uno de los tantos bosques que hay en en Japón.

No supe en que momento perdí la dirección por donde había venido por lo que seguí caminando esperando encontrar algún rastro de sociedad, pero no fue así, llevaba tres días caminando, mi comida y bebidas se habían terminado, de no ser por ello y el equipo que traía conmigo posiblemente no podría moverme, continué así por dos días mas hasta que encontré una posada de aguas termales.

Quizá fue por el mal estado en el que me encontraba pero pensé que estaba alucinando, más aún cuando vi a una joven mujer con grandes orejas y cola peluda siendo acompañada por alguna clase de espíritu acercándose mientras sostenía una katana pero después sentir el dolor de mi cuerpo cansado supe que era real

¡No me hagas daño! - grite -

¿?... ¿Te encuentras bien? - dijo ella -

¿Vas a matarme? - pregunte asustado -

¿Qué? ¡No!... El arma es solo para defenderme - decía ella tratando de tranquilizarme mientras bajaba el arma -

¿Y esa cosa que te rodea? - seguí cuestionando asustado - 

Es mi familiar, puedes estar tranquilo, no hace nada más que darme compañía - respondió ella -

A pesar de sus dulces palabras no pude evitar caer inconsciente por aquella irreal situación... y cuando desperté me di cuenta de que estaba acostado en sus piernas

¡Ah! ¡Veo que despertaste! emmm... Oscar-san... - dijo ella con una suave voz -

¿Cómo sabes mi...

 ¡Lo vi en tus papeles! - me interrumpió - espero que no te moleste - dijo ella un poco apenada - como disculpa te diré mi nombre... soy Kyoko ¡Es un placer!

Por alguna extraña razón pude calmarme, entonces empezamos a conversar, Kyoko me dijo que estábamos en una posada de aguas termales bastante retirada de la ciudad y que por eso mismo estaba tan abandonado, también que me había desmayado y debido a mi mal olor me arrastro al balneario preocupada de que no despertara, al parecer estuve así por varias horas, además sabia por mis documentos que provenía desde el otro lado del mundo por lo que me pregunto que estaba haciendo tan lejos de mi hogar, así que decidí contarle mi historia...

¡Eso es tan cruel!... - Decía ella mientras unas pocas lagrimas se derramaban de sus lindos ojos -

Lo... es... - decía yo bastante desanimado -

¡Debes estar muy triste!... creo que sé como hacerte sentir mejor... que tal ¡Esto! 

En ese instante Kyoko desacomodo su vestimenta dejando salir sus grandes pechos y yo quede hipnotizado por lo hermosos que eran.

¿Te gustan? - decía Kyoko de manera seductora -

¡S-Si! 

¿Quieres tocarlos? 

¿Puedo tocarlos?

!Claro-que-puedes! - susurro Kyoko de una manera seductiva -

Kyoko tomo mis manos y las guio hacia sus pechos... eran bastante suaves... justo como si fueran malvaviscos...

¡Ah! ¡Si! ¿Se siente bien tocarlas? ¿Quieres jugar con ellas todos los días?- preguntaba Kyoko mientras dejaba salir  pequeños gemidos -

¡Si! ¡Son tan suaves! Podría hacer esto todos los días de quedarme aquí - respondí -

Me ¡Ah! A-Alegro... juega con ellas todo lo que quieras... después de todo... pronto serán tuyas... - dijo Kyoko con un tono algo siniestro -

¿Ah? ¿A que te refieres? - pregunté -

¡Oh! No es nadammm... de que que tanga que ¡Ah! preocuparse es solo un... decreto de ¡mmm! la posada "Al estar abandonada tanto tiempo el próximo visitante se convertirá en el dueño de esta" ¡Hmm! - explicaba Kyioko mientras dejaba salir lindos gemidos -

Eso es genial jeje, vine con las manos vacías y termine siendo dueño de una posada - dije con emoción - 

Veo que tu amiguito esta despierto... ¡Llevemos esto un poco más lejos! - Dijo kyoko -

Recién me di cuenta de que estaba completamente desnudo por lo que fue fácil para Kyoko poner mi miembro entre sus tetas ¡Por dios! Sentir tal sensación... ¡Era como estar en el paraíso!

¿Se siente bien tu amiguito entre mis tetas? - preguntaba Kyoko con una voz muy sensual -

¡Por dios si! ¡Increíblemente bien! ¡Si-Sigue así! ¡Creo que estoy por...

¡No tan rápido! - Me interrumpió Kyoko - 

¿Ah? ¿Por qué te detienes? - dije anonadado -

Quiero que guardes esa carga - dijo Kyoko señalando su zona intima - para este lugar...

¡¿Lo vamos a hacer?! - Pregunte sorprendido -

Algo parecido... veras... según la tradición, la cuidadora debe permanecer pura hasta que llegue el futuro dueño de la posada - explicaba Kyoko -

!Pero si ya estoy aquí! - reclame - 

¡Pero todavía no eres el dueño! - respondió Kyoko con tono amenazador que me decía que mantuviera la calma - pero - volvió a tener un tono seductivo - puedo dejarte jugar con mi otro agujero....

¡Hagámoslo! - dije sin vacilar -

Pero... antes necesito preparar ese lugar para ti... - dijo Kyoko -

En ese momento Kyoko pronuncio varias palabras en un lenguaje desconocido para mi mientras hacia raros movimientos con las manos... lo siguiente que vi fue como se materializaban unas bolas chinas color rosado brillando como si fueran mágicas.

Creo que no necesito explicar que tienes que hacer - dijo Kyoko -

¡Claro que no! pero ¿Por qué brillan?

Oh... es solo que están imbuidas en una magia especial para volver mas confortable aquel lugar - explico Kyoko -

Tome las bolas chinas y comencé a introducirlas en el ano de Kyoko, pude ver como se retorcía del placer así que empecé poner un poco mas de fuerza y velocidad esperando que llegara el momento en el que dijera que estaba lista, conforme pasaban los minutos los gemidos de Kyoko se volvían aun mas lascivos, realmente me estaba excitando por solo sus simples y bastante lascivos gemidos

¡Ah! ¡Oscar-san! ¡Sigue así Quiero ¡Uhmmm! preguntarte algo... - decia Kyoko con una respiracion bastante irregular - ¿Te gusta mi cuerpo?

¡Si! - respondí -

Entonces dilo - suplicaba Kyoko -

¡Me gusta tu cuerpo! - dije excitado -

¿Quieres jugar con mi cuerpo todos los días? dilo - continuo preguntando Kyoko -

¡Si! ¡Quiero jugar con tu cuerpo todos los días! - dije otra vez exitado -

¿Quieres que mi cuerpo sea tuyo por siempre? - volvió a pregunta Kyoko -

¡Si! ¡Quiero que tu cuerpo sea mío por siempre! - Grite -

Entonces... ¡Tómalo! En cambio... ese cuerpo tuyo... ¡Lo tomare como mío! 

¡¿Qué?! - pregunte anonadado

Justo después de que Kyoko dijera esas palabras las bolas chinas en dentro del su ano y sostenidas por mi mano brillaron fuertemente al punto de no poder ver nada...

¡Ah! ¡Pero! ¡Hmm! ¡¿Qué?! ¡Ahh! - Decía aturdido por las nuevas sensaciones que experimentaba mi cuerpo -

¡Jajaja! Funciono ¡Realmente funciono! ¡Soy libre! ¡Jajaja! - celebraba una voz masculina -

Volteo a ver solo para quedar aun mas aturdido ¡Una copia idéntica de mi cuerpo estaba detrás de mi!

A pesar de sentir un nuevo peso en mi pecho y una increíble sensación de placer en mi trasero fui capas de soltar alguna palabras

¡¿Q-Que me paso?! ¡Ah! ¡¿Qué es este i-increíble placer en la parte inferior... de mi cuerpo?! ¡¿P-Por que me veo a mi m-mismo detrás de mi?! ¡Ahh! - decía con una respiración irregular - 

Cambiamos de cuerpos, eso fue lo que paso - dijo la persona dentro de mi cuerpo -

¡¿Qué?! - pregunte anonadado -

Soy Kyoko en tu cuerpo y tu mi querido idiota estás en el cuerpo de Kyoko... así que ahora tu eres Kyoko, la malvada mujer del clan zorro que fue condenada a pasar su vida eterna encerrada en estas aguas termales sin poder poner un solo pie afuera de este lugar, y yo soy Oscar, el extranjero que vino a Japón solo para olvidar sus penas... Y que justo ahora tomara Japón como la oportunidad perfecta para reiniciar su vida ¡Jajajaja! - decía con emoción  Kyoko ahora en el cuerpo de Oscar -

Después de eso Kyoko soltó las bolas chinas dentro de su antiguo cuerpo permitiendo que Oscar se recuperara de tales olas de placer

¡¿Por qué?! ¡Dijiste que seria el dueño de este lugar! ¿Por qué me mentiste? - dije conteniendo las ganas de estallar en llanto -

¡No te mentí! Mi cuerpo es el dueño de este lugar, debido a mis investigaciones con la magia prohibida fui exiliada de mi clan y mi cuerpo fue atado a este lugar, incluso si podía expulsar mi alma no podía vivir mucho sin un cuerpo que la contuviera, fue entonces que se me vino a la cabeza un pensamiento "¿Y si no fuera yo quien estuviera en mi cuerpo?" bajo un estado de ira y emoción investigue aun mas profundo la magia prohibida y en ella encontré la solución, un hechizo que me permitía intercambiar las almas de dos cuerpos, quise ponerlo a prueba así que intercambie a una pareja que buscaba cobijo de la lluvia y cumplía los requisitos pero la cantidad de energía que consumía era excesiva, por solo probarlo había perdido la mitad de mi energía mágica, y al estar mi cuerpo bajo el sello del clan no podía regenerar ni una sola gota de mana, entonces espere por un cuerpo ideal... Ahí es donde entra el pobre y abandonado Oscar, tan triste que fue engatusado fácilmente por ese caliente cuerpo que tienes ahora - explico Kyoko -

¡Devuélvemelo! ¡Regrésame mi cuerpo! - grite furioso -

¿Por qué haría eso? Después de todo quien quería mi cuerpo eras tu, yo respete tu deseo y te lo di, además ¿Por qué devolvería un cuerpo que tiene una alta capacidad para la magia? - dijo Kyoko -

¡¿Qué?! - pregunte sorprendido

Así es, parece que tu cuerpo tiene la capacidad para almacenar y manipular la energía mágica ¡Mira! - dijo Kyoko mientras hacia varios movimientos de manos -

Nueva ropa apareció sobre el nuevo cuerpo de Kyoko.

¿Vez? no hay forma de que devuelva un cuerpo como este... bueno es hora de que me vaya ¡Me muero por ver como ha cambiado el mundo después de tanto tiempo! - decía Kyoko con una sonrisa burlona en su rostro.

En ese momento Kyoko chasqueo los dedos y ambos fueron teletransportados a la entrada de la posada, justo en el lugar donde me había desmayado.

¡Es hora de la prueba final! - dijo Kyoko mientras se alejaba de la posada -

¡Hey! ¿A donde crees que vas? Vuelve a... - dije antes de ser interrumpido -

Poco antes de alcanzar a Kyoko fui golpeado por una extraña pared invisible, lo que dijo Kyoko era verdad, su cuerpo estaba atado a este lugar... ¡Ahora yo estaba atado a este lugar!

¡Volveré más tarde! ¡Vete acostumbrando a ese cuerpo! ¡Tendremos mucha mas acción cuando vuelva! - gritaba Kyoko desde la distancia mientras caminaba para salir del bosque - 

Y así fue como me quede atrapado el resto de mi vida en una aguas termales.

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Epilogo 

Han pasado diez años desde el cambio y a pesar de haber estado en contra de esto me he adaptado bastante bien. Kyoko al enterarse de que el clan zorro no existía más se olvido de su objetivo de venganza así que decidió investigar una manera de romper aquel antiguo sello que retenía su cuerpo pero también fue en vano, al ser una magia tan antigua no había indicios de como romperla, y negada a volver a estar encerrada se quedó con mi cuerpo por otro lado mi mente poco a poco se fue entregando al placer femenino, no había ni un solo rastro de masculinidad en mi, me refería hacia mi persona en femenino, me esforzaba por cuidar mi delicada piel y mi largo cabello, mi forma de sentar y comer, todo en mi había cambiado, lo que menos he querido en los últimos años es renunciar al placer que Kyoko me da cuando lo hace conmigo, de solo pensar lo que me hará cuando caiga la noche hace que me ponga muy mojada durante el día, aunque no solo yo cambie, Kyoko también fue cambiando pues que su clan se haya extinguido le dejo un vacío existencial, uno que solo pudo llenar con sexo desenfrenado y aunque al principio solo abusaba de mi con el tiempo sentimientos por el otro comenzaron a surgir, ambos habíamos sido abandonados por el mundo así que sabíamos cuan horrible era ese sentimiento, y cuando menos lo espere los tratos que me daba empezaron a ser mas suaves y dulces de lo que eran en un principio. 

Fue después de tres años que confesamos nuestros sentimientos y nos volvimos una pareja muy feliz y amorosa.

En cuanto a la posada, con la magia que ahora poseía Kyoko en mi antiguo cuerpo se las arreglo para construir un camino a esta, además de hacer varias remodelaciones. Ella y yo trabajamos atendiendo a los distintos clientes que llegan pues corría el rumor de que aquellas aguas eran milagrosas y curaban casi cualquier enfermedad...

Bien todo esta listo para mañana así que me retiro a mi habitación - decía para mi misma -

Al abrir la puerta pude ver como un camino de rosas se abría camino hacia la cama solo para ver a Kyoko sin ropa y una gran erección

Lista para la noche de acción - dijo kyoko -

¿Acostaste a Hiro? - pregunte -

Claro que si, nuestro campeón esta descansando cómodamente en la otra habitación... ¿Entonces?

Si, tuvimos un hijo y para su buena suerte salió libre de rasgos del clan zorro. tambien, si se preguntan el porque la gente no hizo un escandalo al ser recibidos por una mujer con grandes orejas y una cola peluda es gracias a la magia de Kyoko, ella altera mi imagen cada mañana y la deshace cada noche antes de hacerlo. Con eso dicho me quite el vestido sexi y algo revelador que uso para atender a los clientes, baje mis mojadas bragas y se las lance.

¿Eso responde tu pregunta? - dije en un tono juguetón -

Antes de que pudiera responder me abalancé sobre el y empecé a darle una mamada ¡Dios! amo el sabor de mi antiguo pene, su simple olor hace que me ponga un mas mojada

¡Creo que estoy a punto de venirme! - dijo Kioko -

¡Hmmm! No importa cuanto tiempo pase ¡Nunca voy a cansarme de este dulce sabor! - dije -

Y así continuo una de las tantas noches salvajes que teníamos en aquella posada de aguas termales