Cambios en el tren

Historia hecha para un cliente bastante especial por su cumpleaños, muchas felicidades y espero te guste!


"Estar en el lugar correcto, en el día correcto, en la hora correcta" 

El principio básico de la casualidad.

Y un principio que estaba por cumplirse.

El lugar: El metro de la ciudad

El día: Un 9 de junio

La hora: Las 8 de la mañana

Las condiciones ya estaban dadas, solo faltaban los sujetos, quienes no tardarían mucho en encontrarse.

— Ah~ otro día agotador... Y todavía debo hacer un informe de los resultados... Si no fuera por la paga ya habría renunciado.

La primera persona que jugaba bajo los hilos de la casualidad ya estaba en el lugar. 

Era una joven mujer de cabellera blanca y ojos morados usando traje de oficinista, sentada en el asiento del tren, saliendo de una jornada de trabajo agotadora.

"Próxima parada, estación A54"

[Nota de M: no le sé a las rutas de sistema metropolitano]

Y 15 minutos después...

— ¡Au!

— ¡Oye!

— ¡Ah!

Golpeando a los pasajeros mientras se concentraba en la pantalla de su celular, la segunda persona que jugaba bajo los hilos de la casualidad apareció, un joven hombre en traje de negocios de cabello corto y negro con ojos del mismo color.

Entró en el tren ignorante de su entorno, chocando con las personas en su camino.

Y la mujer de pelo blanco en ropa de oficina no fue la excepción.

— ¡Auch! —la albina se quejó del dolor al ser golpeada por el maletín del hombre inmerso en su celular— ¡Oye pero que-!

Al verlo sonriendo y tan centrado en su celular, la albina pensó que se trataba de un hombre trabajador que quizás estaba cerrando un trato. Por lo que curiosa, le hecho un vistazo al teléfono del chico, sin embargo...

"¡¿Es una puta broma?!", pensó la mujer.

La pantalla del teléfono no mostraba más que un juego con chicas 2D, y prestando más atención a la hombre; a su mirada. Se estaba comiendo con los ojos a la chica en la pantalla de su celular, la cuál tenia un traje bastante erótico.

— Si tanto te gusta la mona de tu jueguito... Reality distortion.

La mujer de cabello blanco pronunció tales palabras como si fuera un hechizo,

— Entonces la tendrás para ti...

La mujer se paró de sus asiento, mirando mas de cerca al hombre en su celular.

— Tienes un buen rostro... o tenías, Female —la mujer señaló al hombre.

Y entonces, el rostro masculino que tenía se convirtió en uno femenino. Pero no solo era su rostro sino también su cuerpo, aunque debido a las leyes de la magia que rigen este mundo no ocurrió una transformación exagerada como suele ocurrir en varias historias, su cuerpo realmente no había cambiado mucho, su pecho y sus muslos no eran diferentes de como eran antes de la transformación, sin embargo, ya no había un bulto en su entrepierna.

— Tsk —la albina estaba decepcionada con la transformación— Supongo que no hay mucho que se pueda hacer con tan poco masa en tu cuerpo... Quizás necesite donadores~

La albina empezó a ver al resto de los pasajeros en el metro, específicamente a las mujeres.

— Y tenemos nuestra primer voluntaria~ —dijo mirando a una chica gato durmiendo en su asiento— Race change.

Y rápidamente las orejas de hombre, ahora mujer, y de la chica gato cambiaron. No, no solo eso, sus razas también se invirtieron; la cola de la chica gato que reposaba en sus muslos había desaparecido mientras que el ex hombre tenia una cola de gato a un costado de sus piernas.

— Bien, una cosa menos... Ahora... ¿Pechos, muslos... por cuál debería empezar?

Mientras la mujer pensaba que hacer, el ex hombre seguía embobado en su celular sin darse cuenta de los cambios en él. No es que no se diera, más bien, no podía, la mujer que estaba sentada había lanzado un hechizo que le dejaba alterar la realidad a su conveniencia, haciendo que los nuevos cambios fueran algo que siempre estuvo en la vida de las personas, es decir, el ex hombre pensaría que siempre ha sido una mujer gato, mientras que la chica gato pensaría que siempre ha sido humana.

Una vez más vio la mirada del ex hombre, una mirada llenada de lujuria hacia el personaje en su pantalla.

— Si tanto te gustan sus pechos entonces empezaré con ellos... Mmm creo que debe ser copa H, pero... tampoco puedo robarle sus armas a una mujer... mmm, ¡Ya sé! Los senos de todas para una, una copa H es la meta.

Y de inmediato el metro se lleno de magia, una luz morada brillaba en los pechos de las mujeres, especialmente aquellas con grandes pechos. Que sin haberlo notado, habían disminuido una copa.

El pecho del ex hombre también brillaba, lentamente se iban formando dos grandes bultos de carne, los cuales bloquearon su vista al la pantalla, así que los usó como almohadas y siguió centrado en el juego.

— Bien, bien... Ya va mejorando... Ahora vamos con los muslos... Los muslos de todas para una, unos muslos carnosos son la meta.

Una vez más el brillo morado invadió la cabina, ahora centrado en los muslos de varias mujeres.

Y al igual que su pecho, los muslos del ex hombre crecieron en gran medida.

— Mucho mejor, ya te pareces más a la mona que tanto te gusta, oh, falta tu rostro y tu cabello... Dale la cara de personaje en la pantalla de su celular —después marcó a varias mujeres con cabello largo— lo siento por su arduo trabajo cuidando su cabello pero El cabello de todas, dáselo a una.

El cabello corto creció y se amontonó a su alrededor, era mucho más largo que su cuerpo, se podría decir que si estuviera de pie, su cabello se arrastraría por el suelo.

Y mientras este crecía, sus ojos desarrollaban heterocromía, pasando de un único color negro a un iris morado y otro color ámbar.

— Je... Ya casi... ¿Qué más falta...? O cierto, ese tipo de personajes están hechos para satisfacer las necesidades del hombre, por lo que deben ser poco inteligentes y lujuriosos... Mmm.

Nuevamente miró entre los pasajeros, se empezó a mover cuando de repente.

— ¡Ahh~!

— ¡Shh! Deja de gemir, Yuuna, si nos escuchan estamos muertos.

— Es que~ tu pene es genial~

Caminando por los vagones, escucho a una pareja haciéndolo en el metro discretamente.

— Bingo, El libido de una, cámbialo con otra.

Y entonces, la mujer que hasta hace minutos estaba sintiendo placer se aparto.

— Oye, ¿por qué...?

— Idiota, estamos en el metro.

La albina hizo una mueca y volvió adonde el ex hombre.

El ex hombre ahora tenía un rostro rojo, no solo eso, sentía una sensación "cálida" en su vientre que lo hacía frotar sus muslos, además, sus camisa estaba manchada, específicamente la parte que cubría los pezones.

— Ups, creo que en el proceso tomé los pechos de una madre... Considéralo un extra... Ahora, que hacemos con tu inteligencia...

Una vez más buscó entre los pasajeros, en específico aquellos que parecían estudiantes, husmeo entre sus apuntes para ver que tan inteligentes y trabajadores eran, entonces la encontró, era una gal cuyas notas estaban incompletas, además de tener escrito quejas sobre lo difícil que son las materias o lo molesto que eran los profesores.

La inteligencia de una, cámbiala con otra.

Y una vez más volvió con el ex hombre, cuya expresión mostraba tener problemas.

— Eh... ¿Cómo funcionaba esta cosa...?

— Bien, mi trabajo esta hecho...

"Hemos llegado a la estación A54, por favor permitan que los pasajeros bajen primero"

La albina que estaba a punto de bajar se detuvo.

— Oh, cierto. No sería divertido si pensaras que siempre fuiste una mujer... Wake up.

Solo entonces, el ex hombre se dio cuenta de sus cambios.

— ¿Eh...? ¡¿Eeeeeeehhh?! 

— Jaja, incluso tu voz es la del personaje.

— ¡¿Quiénya...?! —el ex hombre volteó a ver a la mujer de cabello blanco, ella iba bajando del tren mientras se despedía de él.

— Disfruta tu regalo~ 

— ¡E-Esperanya! 

El ex hombre que ahora era completamente una mujer trató de ir tras ella pero...

*Paam*

Su nuevo equilibrio lo hizo caer.

Lo último que pudo ver fue a la mujer albina sonriéndole y despidiéndose mientras las puertas del tren se cerraban. 

Rápidamente trató de levantarse, tambaleándose hacia la puerta, pero ya era muy tarde, el tren ya había puesto marcha.

Pidió a gritos que detuvieran el tren pero las autoridades a bordo le pidieron que se calmará y detuviera su alboroto o tendrían que arrestarlo, por lo que desistió de mala gana.

Y media hora después...

"Hemos llegado a la estación B5, por favor permita que los pasajeros bajen primero"

El ex hombre bajó en su destino, una estación que lo dejaba a 3 cuadras de su trabajo. Normalmente se dirigiría sin más a la empresa donde trabajaba pero ahora tenía problemas para eso, su nuevo centro de gravedad lo hacía tambalearse, tambaleo que era potenciado por el peso de sus nuevos senos.

— ... Espejonya... Necesito verme en un espejo...

Sin embargo...

- ¿Esta... soy yonya...?  ¡¿Soy mi personaje favorito del juegonya?! 

No fue un espejo lo que revelo su nueva apariencia sino su reflejo en el cristal de un edificio.

— ¿Nya...? ¿Yo dije... tal cosanya?

Y como parte de sus nuevos rasgos gatunos, un "nya" se escapaba de sus labios entre sus palabras, pero ese punto pasó a ser menos cuando vio sus nuevos y enormes senos.

— Son... ¡E-Enormesnya!

Gritó mientras apretaba sus pechos, pero también fue un error...

— ¿Eh? ... ¿Por qué mis manosnya...?

Sus manos se habían mojado con su leche.

Y entonces.

— Mami, mami. Mira a esa mujer jugar con sus cosas —gritó un niño.

— ¡No la mires! ¡Dios, debería darle vergüenza andar así por las calles!

Solo la sensación de vergüenza lo trajo de vuelta a sus sentido, rápidamente se secó sus manos en los pantalones y siguió rumbo al trabajo.

Y media hora después.

— Fuu... Ah... Ah...

El ex hombre que antes solo hacía 15 minutos hasta su trabajo estaba respirando pesadamente, le había cansado moverse en su nuevo cuerpo. Pero logró llegar a su trabajo.

Lo recibió la recepcionista quien rápidamente le pidió su tarjeta de identificación, lo cuál fue un gran problema pues esta mostraba su verdadera identidad, al principio lo retuvieron por robo de identidad pero al final logró convencerlos diciendo que era una amiga suya y que venía a cubrirlo porque se sentía enfermo, incluso tuve que dar un nombre falso.

— Ahh... Eso fue complicadonya... ¡Deja de decir "nya"!

El hombre con cuerpo de chica gato suspiraba sentado en su silla.

Y entonces llegó su jefe.

— Bien, Janeth. Estos son los archivos que tienes que trabajar, revísalos y haz un reporte de ellos

— Sí

Fue el inicio de su día, sin embargo.

"¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Por qué esta cosa es tan... difícil...? ¿Qué es esto?" Se preguntaba en su mente.

Mientras el ex hombre leía los archivos se deba cuenta de que le costaba entenderlos. Los textos que antes podía comprender con facilidad le resultaban completamente desconocidos, por no mencionar que aquella extraña y calida sensación en su entrepierna le distraía constantemente y le hacía perder la poca concentración.

Y entonces ocurrió algo con su cuerpo.

— B-baño... —Susurró.

Rápidamente se paro de sus silla solo para tambalearse, pero no se detuvo, llegó al baño de la oficina tambaleándose.

Y una vez en el baño, se bajó los pantalones.

— ¡Ngh!

Cómo no podía ver su órgano femenino, tuvo que usar sus dedos, lo cuál tampoco fue una idea muy inteligente.

— ¡¿Q-Qué fue eso...?! 

El simple roce de sus dedos había desencadenado una descarga de placer, y el calor que llevaba sintiendo desde su transformación en el tren había aumentado considerablemente.

— No, no... No pienses en ellonya... Solo... ¡Ahh!

A pesar de que quería detenerse, el libido de la mujer que había recibido ya se había activado, que su mano hiciera lo opuesto a sus pensamientos era prueba de ello.

— Ahh... Debo detenermenya... Pero mi manoo-~ no me hace casonya... Ngh... Tnego que... dejar de decir... "nya"...

*Sonidos de masturbación*

Y entonces.

*Puerta abriéndose*

La puerta del baño sonó.

— ¿Y que opinas de Janeth? 

— ¿La amiga de Jess? No está nada mal, cielos, ese cabrón debió presentárnosla

— Lo sé, mira nomás que tener una chica tan sexy por amiga... Pero es algo tonta

— ¿De que hablas?

— Como la tengo a mi lado la veo batallando con la computadora y los documentos, incluso aproveché que no estaba para mirar su trabajo, es horrible. Quizás pueda sumar puntos con ella si la ayudo

— Jaja suerte, quizás yo haga lo mismo... Puede que así logré llevarla a la cama

— No antes que yo

— Idiota, te mandaré fotos de cuando la haga mi perra

— Lo mismo digo

Y detrás de los hombres platicando sobre "Janeth", se encontraba Jess masturbándose mientras cubría su boca para evitar gemir. En lugar de detenerse siguió haciendo aquél acto lascivo, parecía que el ser atrapado en el acto lo excitaba, y también lo excitaba escuchar a sus compañeros de trabajo diciendo cosas sucias sobre él.

— ¡Mmm!

Un pequeño gemido salió de su boca, pero para su suerte, sus compañeros de trabajo ya habían salido. 

Siguió moviendo sus dedos gozando del placer que estos le daban.

Y entonces lo sintió, Jess alcanzó su primer orgasmo femenino.

Solo así volvió a sus sentidos, ahora invadido por una gran vergüenza, aunque el calor en su entrepierna todavía persistía pero en una menor intensidad.

Después de eso se subió los pantalones se lavó la cara y salió del baño.

Trató de seguir su rutina y al darse cuenta de su torpeza, y recordar que ahora era una mujer, hizo lo que sus compañeras hacían.

— Oye, disculpanya... Marco... ¿Podrías ayudarme con estonya?

Hablando con un tono sereno le pidió ayuda a su compañero de trabajo.

— Es este reporte... Es de Jess... Lo haré si me muestras un pecho

— ¿Solo esonya? —Jess se bajó la camisa sin dudar y segundos después la volvió a subir.

— Mierda, debí pedir más... 

Al hombre llamado Marco tomó el reporte y empezó a trabajar, mientras tanto Jess se hizo el tonto navegando en internet a la vez que ocultaba la vergüenza de lo que acaba de hacer.

Solo después de eso darle el reporte fue que volvió a sus sentidos y la vergüenza lo invadió.

"¿Por qué hice eso?" 

Se pregunto la chica gato para sus adentros, pero todavía no tenía una respuesta.

Y después de varías horas de hacerse el tonto y mostrar sus senos para que hicieran sus reportes. 

El trabajo termino.

Jess salió hecho prisa a su departamento, volvió a tomar el tren pero no volvió a ver a aquella mujer de cabello blanco.

Sin embargo, su viaje de regreso era completamente distinto a su viaje de ida. Ahora sentía una sensación que nunca sintió antes como hombre, era la sensación provocada por la mirada morbosa de los pasajeros masculinos en el tren.

Sin embargo, tal cosa también lo estaba excitando.

Y tan pronto como llegó a casa.

— ¡Ahh! ¡Se siente biennya! ¡El cuerpo femenino si siente ta~an bien! ¡Nya~!

No se reprimió y dio placer a su nuevo cuerpo.

Pero no solo uso sus dedos, no dudó en frotar su feminidad contra la esquina de uno de sus muebles.

— Ahh~ Me encantanya~ Mi vagina~ se siente bie~ennya~

Después de venirse varias veces más cayo rendido en la cama.

Todo apuntaba a ser una noche tranquila pero...

— Je... Veo que te gusta la nueva tú... entonces no te molestará que te deje así, ¿Cierto? Pero... voy a hacer unos pequeños ajustes, aumentar vergüenza... memorias confusas... Mmm... ¿Por que no? Debilidad al alcohol... Bien, veamos como se desarrolla esto...

Habló la misma mujer de cabello blanco que estaba sentada al lado de Jess en la mañana mientras sostenía una bolsa en una mano y apuntaba a Jess con la otra, ahora recargada en la ventana, viendo como se desarrollaba su capricho y haciendo unos ajustes poco antes de irse.

Y a la mañana siguiente.

— Mmmm... 

Jess se despertó, solo para recordar lo ocurrido el día de ayer, pintando su rostro de rojo.

— ¡Ah! ¡Idiota! ¡¿Por qué hiciste todo esonya?!

Gritó de vergüenza mientras pataleaba en la cama, se calmó después de unos minutos. Luego vió su teléfono.

— ¡¿Qué?!

"Estimado Sr. ********, a pesar de estar agradecidos con su maravilloso trabajo temo que debemos informarle que queda usted despedido, hemos depositado su liquidación a su cuenta bancaria, los comportamientos causados por su contacto son algo que la empresa no puede permitir y por lo mismo, y con mala gana, hemos tenido que sancionarlo.

Puede pasar por sus cosas en esta semana.

Atte. Departamento de Recursos Humanos"

Un mensaje con su despido había llegado a su teléfono.

Tratando de superar el hecho de que había sido despedido fue a la aplicación de su banco para ver su saldo, pero...

— ¿Eh? Mi contraseñanya, era...

No recordaba la contraseña para entrar en la app. Por suerte otras cuentas como correos y redes sociales estaban abiertas, aunque en lugar de pensar que hacer se distrajo con los videos de Facebook y YouTube.

Pero entonces.

Un anuncio apareció era de unos chicos divirtiéndose en la playa, y a pesar de que este promocionaba una aplicación de viajes, su atención estuvo en los chicos, especialmente aquellos con pectorales, solo entonces la cálida sensación de ayer volvió a surgir levemente haciendo que frotara sus piernas.

Y repentinamente.

— ¡Ah! ¿Que voy a hacer ahoranya?

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*Ding dong*

— Cariño, tocan la puerta, ¿Podrías abrir? —habló dulcemente una mujer.

— Claro, cariño —respondió el hombre.

La pareja casada que estaba sentada en el sillón de la sala principal mientras veían una serie fue interrumpida por alguien llamando a su puerta. El hombre, como buen esposo, se levantó y fue a abrirla.

*Sonido de puerta abriendose*

— Buen... os...

El hombre se quedó aturdido ante la linda chica gato que no dudo abrazarlo en cuanto lo vió.

— ¡Alex!

El hombre, Alex, reaccionó rápidamente y la apartó, tenía miedo de lo que haría su mujer si le viera siendo abrazado por otra.

— ¿Nos conocemos?

— ¡Soy yonya! ¡Tu hermano! ¡Jessnya!

Alex miraba incrédulo a la mujer.

— Ah, ¡Ya sénya! ¡En nuestro viaje a las vegas tú-mmm!

Alex le tapó la boca.

Tiempo atrás, ambos habían hecho un viaje a Las Vegas. Pero a diferencia de Jess que no tenía una pareja, Alex tuvo que ocultarlo de su esposa bajo la mentira de un viaje de negocios.

— Bien, te creo, ahora no digas nada de ese viaje. Si entiendes lo que dije, asiente con la cabeza

Jess hizo lo que Alex dijo.

Y momentos después...

— Entonces, dices que eres mi cuñado, y que por alguna razón te convertiste en la mujer que eres ahora... mmm no lo sé... ¿Estás seguro de que es tu hermano? —la mujer miró a Alex.

— El día de su bodanya... por andar en mi celular... me tropecé contigonya, y...

— ¡Ay sí es el maldito desgraciado! Tienes suerte de haber cambiado de apariencia o ya te hubiera sacado de la casa... —dijo la mujer con un poco de enojo.

Han pasado tan solo una semana desde su transformación, sin embargo, debido a problemas económicos y con su casero, Jess se vio obligado a salir de casa antes de tiempo. Recurriendo a la única persona con la que podría contar, su hermano. 

Alex y Jess eran muy unidos desde pequeños pues fue así como sus padres los educaron, siempre se apoyaban a tal punto que el problema de uno era el problema del otro.

Sin embargo, la razón por la que Jess no le contó su problema a Alex por qué su mente no le daba para eso. Y cuándo le llegaba la idea a la mente venía otro problema; la probabilidad de que su hermano le creyera. Por lo que descartaba la idea o volvía a distraerse con las redes sociales o con su propio cuerpo.

Fue entonces que, mientras se masturbaba, la solución a sus problemas vino a su mente, contar algo que solo ellos saben, cosa que también le tomó varios días recordar.

Lo que nos trae de nuevo a esta situación, dónde tres personas sentadas en la mesa discuten que hacer ahora que la identidad de Jess ha cambiado completamente.

— ... Es difícil... de... procesar...

— ¡Verdadnya! — Jess se exaltó.

— ¿Ese sonidito lo haces por gusto o es parte de...? Olvídalo, ¿Traes tu cartera y tus identificaciones? 

— ¡Sínya!

Jess sacó sus cosas, pero lo que más le llamó la atención a su hermano fue su celular pues ahí se encontraban las cuentas de Jess, las cuales no tuvo problemas para acceder ya que todas compartían la misma contraseña, cosa que no le costó adivinar ya que Jess no se guardaba nada, además de siempre jactarse de que poner el nombre de su "waifu" más su apellido y la fecha de cumpleaños era una contraseña indestructible.

— ¡Woooooow! ¡Son muchos númerosnya!

Jess se sorprendió al ver su cuenta bancaria, era el depósito de su liquidación por largos años que estuvo trabajando en la compañía, y si bien no era una cantidad para vivir toda una vida, era lo suficientemente para vivir sin preocupaciones por al menos uno 2 o 3 años.

— ¡Soy riconya! ¡Jejeje, ri~co!

— ¡No tan rápido! —la esposa de Alexander interrumpió— Usaremos el dinero para tu nueva vida.

— Eh, sínya...

Y así los tres partieron al centro comercial.

Y después de seleccionar varías ropas...

— ¿En serio tengo que vestir asínya...? No me siento seguro de estonya...

— Segura, ¡Se-gu-ra! Ahora eres una dama, así que tienes que hablar como tal

— ¡Pero...!

— Sin peros, señorita

— ¡Ale, controla a tu mujernya— Jess pidió ayuda a su hermano.

— Lo siento, bro.... Sis, sabes muy bien quien lleva los pantalones en la relación...

— Vamos, Jess, no te ves mada mal, incluso me dan celos de tu figura

Del vestíbulo salió una chica gato vistiendo una camiseta y un minishort.

— Peronya, es... vergonzosonya...

— Bien, ya que te da tanta vergüenza, caminarás así por todo el centro comercial

— ¡¿Eh?!

— Ya me oíste, no nos iremos de aquí hasta que le des una vuelta al centro comercial.

Jess no tenía argumentos para negarse, más bien, no podía pensar en uno. Así que no lo quedó de otra que pasearse con tal aspecto.

Y durante su caminata, notó las miradas morbosas de los hombres hacía él.

Pero su reacción fue otra.

— Jeje~ Jejeje~ 

Jess se estaba regocijando con las miradas que recibía, el sentir como lo hombres lo devoraban con la mirada le producía un cosquilleo en su entrepierna.

Sin embargo, al volver con su hermano, solo lo invadía la sensación de vergüenza.

Este ciclo de alegría, vergüenza y tristeza sería algo muy constante en la vida de Jess, por lo mismo la convivencia con sus familiares era distinta entre ratos. Había días en los que quería salir, otros en los que solo quería estar encerrado.

Pero con el paso de los días, este último sentimiento de tristeza iba ganando poder, y  su familia preocupada pensó en algo que pudiera animarlo, un viaje a la playa.

— Paso

— No seas así, Jazmín. Un viaje te hará bien.

Sí, Jess ahora era Jazmin, era el nombre que había elegido durante el proceso de papeleo para su nueva identidad.

— Dani también irá

— ¿Eh? Entonces yo tambiénnya... Ejem yo también voy...

Daniel era el hijo de Alexander, un chico que cautivó a Jazmín desde el primer momento en el que lo vio, y cada vez que estaba junto a él, sentía esa sensación de hormigueo en su entrepierna, incluso hubo ocasiones en la que su pecho lactaba del éxtasis. Pero Daniel era su sobrino y ese lazo de sangre era lo que no le permitía cruzar la linea, creando así otro ciclo dónde se masturbaba teniendo fantasías sexuales con su sobrino para después maldecirse a sí misma.

Y en cuanto escuchó que él también iría a la playa se apuntó al viaje sin pensarlo.

Pero...

— Parece que solo somos tú y yonya, sobrinito...

— Sí...

Alexander y su esposa "tuvieron" otros asuntos que atender y no pudieron asistir al viaje.

Solo eran ellos dos compartiendo una sola habitación.

— Me voy a dormir

— Yo tambiénnya

Ambos dijeron nerviosos. 

Chica gato y joven se acostaron juntos en la misma cama, y en la única que había.

Un momento bastante incómodo para ambos.

A la mañana siguiente Jazmín despertó sola en la cama.

Rápidamente se arregló y se empezó a cambiar, pero.

— ¿Es en serionya... Natalia? 

Jazmín se molestó al ver los bikinis que había elegido la esposa de su hermano, eran bastante reveladores para su gusto, sin embargo, no usarlos no era un opción, tenía que enviarle una foto mientras los usa y camina por la playa, de lo contrario le negarán el acceso a su propio dinero.

Sin embargo...

— Jeje~ jejeje~ los hombresnya... se me van a quedar viendo~ Y Danielnya también~

Aquella molestia se convirtió en alegría rápidamente, el imaginar como su sobrino la comería con la mirada hizo que su entrepierna hormigueara y sus pechos lactaran, obviamente no lo pensó ni un segundo y dio prioridad a las urgencias que nacían de su órgano femenino.

— Oh Dani~i~ Asínya~ Mete tu duro penenya~ en mi sucia vaginanya~ 

Era lo que la chica gato decía mientras se masturbaba desenfrenadamente.

Y varias horas después.

Ya en la playa

— T-Tía...

— ¿Ah? ¿qué pasanya, Dani? 

Jazmín, vistiendo el traje menos obsceno que pudo elegir, le pregunto a su sobrino quién finalmente se había acercado a ella después de varías horas.

— Verás... Me hice amigo de unos chicos en la playa y... me invitaron a una fiesta... ¿Q-Quieres ir...?

— ¡Sínya~!

— Bien, es después de las 8 en el hotel con forma de estrella, ¡Nos vemos allá!

El chico se fue tan pronto como llegó, Jazmín solo pudo verlo irse con frustración, quería ir tras el pero después de experimentar el brusco movimiento de sus enormes pechos decidió pasar el día recostada en la silla.

Posiblemente se hubiera puesto a jugar, si es que no hubiera perdido sus conocimientos sobre los videojuegos, tocar uno ahora con la inteligencia que tiene hace que el juego sea aburrido y frustrante al ver tanto texto en pantalla.

Así que sin más se quedo disfrutando la brisa del mar.

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*Puerta abriéndose*

— Ghu... Creo que me pasenya...

— Lo hiciste... dios, ¿Por qué bebiste tanto alcohol?

— Es porque me dejaste solanya, tonto

Una chica gato ebria recargada en el hombro de un chico discutían. 

— Vamos tía, ya estás grande, puedes andar sola

*Mua*

Inesperadamente Jazmín besó a su sobrino

— ¡T-T-T-Tía! ¡Qué estás...!

— Idiota~ no entiendesnya que la mujer frente a ti quiere algo másnya

Jazmín se desnudó mientras decía estás palabras, revelando sus enormes atributos al chico frente a ella.

— ¡No podemos! ¡Somos fam-!

El chico fue empujado a la cama por la fuerza, no es que fuera débil, sino que se debía a los atributos felinos de Jazmín.

— Escucha~me~ bien sobrinonya... Por mucho~ mucho, mucho tiemponya~ cade vez que te veonya~ ¡Quiere que me des como cajon que no cierranya~!

Alcohol.

Fue lo único que se necesitó para que los sentimientos retenidos de la chica gato por fin salieran a luz.

El chico no podía evitar sentirse nervioso y excitado ante la mujer que alguna vez fue su mejor amigo.

Pero antes de continuar, debemos conocer un poco sobre su relación.

Tía y sobrino, una relación totalmente diferente a la relación que tenían cómo tío y sobrino.

Cuando Jazmín era Jess, él y su sobrino compartían gusto por los videojuegosy el anime, así que siempre que platicaban era de temas como que juego era el mejor, la mejor estrategia, guías, etc.

Pero cuando se convirtió en mujer eso cambió.

Jazmín ya no mostraba interes en los juegos con la misma intensidad de antes, de hecho ahora jugaba de un modo más simple, y le pedía ayuda a Daniel cuando no podía con algo. Por otra parte, Daniel empezaba a ver a su tío como una mujer, en especial cuando este se recargaba en su espalda e inconsciente o conscientemente frotaba sus enormes pechos en su espalda. En realidad era lo mismo para él, también usaba a su "tía" como material para masturbarse y sintiéndose culpable de hacerlo.

Cuando se enteró del viaje a la playa fue esperando poder guardar una foto de Jazmín en bikini, porque ese era el límite que él mismo se había establecido, su placer culposo. Porque asumía que si su pensar salía a la luz sería mal visto por sus padres y su tía.

Pero luego sucedió lo del "incidente".

Así que para contenerse prefiero mantenerse apartado de su tía para no cometer ningún error.

Pero todo fue en vano.

El alcohol y la fuerza felina de su tía le jugaron en contra.

— ¡Bien! ¡Hagámoslo!

— Así se hablanya~

Daniel se quitó los pantalones y el acto sexual dio inicio, no hubo juegos previos, la vagina de Jazmín ya estaba completamente mojada, lista para ser penetrada.

Empezó a moverse, disfrutando de aquel placer que su cuerpo tanto le había estado pidiendo, del placer de tener un pene en su vagina, el placer de sentir el falo de carne frotando sus paredes vaginales.

— ¡Ah! ¡Asínya! ¡Justo así! ¡Tu pene me encantanya!

— ¡Y a mi me gustan tus tetas, tía!

— ¡Jazmínnya, dime jazmín! ¡Dime que te gustonya!

— ¡Me gustas, Jazmín! ¡Me gustas mucho!

— ¡A mi también nya! ¡Me gustas!

Chica gato y chico intercambiaron fluidos mientras lo hacían con pasión.

Siendo sus gemidos lo que resonaba por toda la habitación.

Y finalmente.

— ¡Ahh! ¡J-Jazmín! ¡No aguanto más!

— ¡Anh! ¡Yo tambiénnyaaa~! ¡Hazloh~! ¡Sueltalo adentronya! ¡Juntos~!

— ¡Entonces tómalo!

— ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhh!

Jazmín recibió el semen de su sobrino y alcanzó el mayor climax que puede tener una mujer, pero...

— ¿Jazmín...?

*Ronquidos*

También cayó dormida.

Y con el estado de éxtasis pasado, el chico volvió a sus sentidos.

"¡Esto está muy mal!", fue lo primero que pensó, rápidamente y con delicadeza vistió el cuerpo de su tía, no sin antes tomarle unas cuantas fotos candentes para usarlas en el futuro, después de eso se largo de la habitación y paso el resto del tiempo en la orilla del mar.

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— ¡Waaa! 

Daniel, que había sido picoteado en las costillas por su tía, despertó.

— Ya era hora, dormilonnya. En serio, no puedo creer que pasaras la noche aquínya

— ¿T-Tía...? 

Jazmín, que estaba completamente lista para partir, lo recibió como si lo de anoche no hubiera pasado.

— Supongo que te divertiste muchonya, mira que nomás dejar a tu tía en la habitación y seguir la fiestanya, los jóvenes de hoy ya no tienen respeto por los adultosnya

— ¿Fiesta?

— Sínya, recuerdo que me dejaste y te fuistenya

— Sí... 

Daniel procesó rápidamente esto, el que Jazmín no recordara lo que sucedió anoche se sentía como un alivio para el chico, y aunque se sentía mal por aprovecharse de ello, se sentiría peor sobre el como reaccionarían sus papás por hacer tal cosa.

— ... Fue una gran fiesta.

— Pero buenonya... ya es hora de irnosnya

— Sí...

El chico se cambió en un baño público y ambos partieron al aeropuerto, aunque Jazmín no dejaba de hacer gestos que parecían indicar que sentía comezón en su entrepierna, incluso hacía comentarios sobre ello, y con lo baja que era su inteligencia llegaba a concluir que era la arena de la playa lo que la molestaba.

Sin embargo.

Algo estaba sucediendo en su útero, un suceso que ella y su sobrino deberían afrontar pasado unos pocos meses.

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